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Las bolsas sucumben en 2008 ante la grave crisis económica

Todas las bolsas mundiales han sucumbido en 2008 ante la grave crisis económica y han sufrido, en casi todos los casos, los mayores retrocesos anuales de sus índices en toda la historia. En Estados Unidos, el Dow Jones podría culminar hoy su segundo peor balance anual después de 1931. El Ibex se desploma en este nefasto ejercicio un 39,43%, y el CAC, a falta de la jornada de hoy, un 42,70%.
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Alberto CASTRO |

El hundimiento del sistema financiero y la recesión económica han marcado el paso en el peor año de la historia en muchos índices bursátiles. Y a pesar de los desastres ocasionados por la explosión de las hipotecas de alto riesgo, las consecuencias podrían haber sido peores sin la intervención de los estados. La adopción de diferentes medidas a todos los niveles, con diseño de planes de rescate a ambos lados del Atlántico, ha posibilitado cerrar el paso, al menos de momento, a una crisis de proporciones desconocidas.

Desde el comienzo del ejercicio los inversores tenían claro que las turbulencias financieras y las consecuencias de la crisis de las hipotecas «subprime» habían venido para quedarse. Y eso quedó reflejado en los mercados desde el inicio del año. Ya desde las primeras sesiones de enero se vio que la volatilidad y la incertidumbre iban a mandar sobre los mercados y así, a las primeras de cambio, el día 21 de enero las bolsas europeas se desplomaron más de un 7%. En concreto, el Ibex cayó un 7,54%.

En ese mes, el Ibex perdía un 12,86%, porcentaje que sería superado largamente en octubre al sufrir un retroceso del 17,03%. A lo largo del ejercicio, sin embargo, también se han producido fuertes oscilaciones diarias en el otro sentido, como el día 13 de octubre, cuando los índices saltaron más de un 10%.

«Crisis subprime»

Uno de los primeros detonantes del mal comportamiento de los mercados de renta variable se encuentra en Estados Unidos, que tras dejar al descubierto el tamaño colosal de los efectos de la «crisis subprime», se vio inmerso en un efecto dominó con sus bancos de inversión. La primera víctima fue Bear Stearns, rescatada por la Reserva Federal en marzo.

Era el primer aldabonazo de lo que iría sucediendo después con la quiebra de Lehman Brothers en setiembre, así como con el rescate de las grandes aseguradoras y las fusiones patrocinadas por Washington para salvar a otras entidades. Merrill Lynch era comprada por Bank of America, mientras que Goldman Sachs y Morgan Stanley se convertían en bancos comerciales para participar en el reparto de las ayudas federales. La aseguradora AIG y las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac también eran puestas a salvo para evitar su colapso.

En Europa, el reguero de damnificados también crecía según pasaban los meses. Northern Rock, Fortis, Dexia, Bradford& Bingley, Hypo Real Estate, HBOS y Alliance&Leicester son algunos de los ejemplos más conocidos.

Esta tormenta financiera, que nadie da todavía por concluida, dio paso al miedo a la recesión. El estrangulamiento del mercado interbancario, evidente en 2008, dejó sin créditos a empresarios y consumidores, por lo que la actividad se ha visto seriamente dañada y la economía mundial ha entrado en recesión.

Uno de los mejores termómetros para conocer las perspectivas económicas lo ha proporcionado este año el precio del petróleo, que ha pasado de los 147 dólares en julio a perder los 40 dólares al cierre del año. Por tanto, el hecho de que el crudo esté a la baja no anticipa nada bueno para la economía mundial, algo que ha quedado claro con el comportamiento bursátil de los últimos meses.

En este marco de recesión, todas las miradas se centran en la actuación de los estados para capear el temporal. Y si en un primer momento los esfuerzos se centraron en salvar los bancos, ahora se trata de impulsar el gasto público para compensar la falta de actividad económica. No obstante, los expertos están a la espera de que los planes de rescate aprobados a ambos lados del Atlántico tengan también un efecto plausible en este ejercicio. Así, en Estados Unidos se han puesto en juego 700.000 millones de dólares para estabilizar el sistema financiero y, a corto plazo, tal como ha anunciado el presidente electo Barack Obama, se pondrán en marcha 850.000 millones de dólares más para impulsar las infraestructuras. En Europa, donde también se lanzó un generoso salvavidas al sistema financiero, se están diseñando planes de reactivación económica para acortar el periodo de recesión.

Con todo, los pronósticos para 2009 no son nada halagüeños y algunas proyecciones de crecimiento arrojan datos desconocidos en muchos años. En Alemania, por ejemplo, se podría dar una contracción cercana al 3%. Para el Estado español las expectativas no son mucho mejores y en los últimos tiempos todos los pronósticos tienden a hacer más profunda la recesión.

Por otro lado, la política monetaria en ambos lados del Atlántico está tocando a su fin a la hora de bajar los tipos. Si la Reserva Federal los tiene ya en entre el 0% y el 0,25%, en Europa todavía queda un ligero margen. Se cree que en 2009 bajarán hasta el 1%, desde el 2,5% actual.

En la historia

El Ibex cerró ayer el peor ejercicio de su historia al ceder un 39,43%, es decir, termina cerca de 6.000 puntos por debajo del comienzo de año.

El índice abrió enero en los 15.182,30 puntos y concluye en los 9.195,80 puntos. Este batacazo se extiende al conjunto de los índices mundiales y va a quedar también como un hecho histórico en muchos de ellos.

Para el Dow Jones será el segundo peor registro de todos, solamente superado por el registrado en el año 1931, cuando cayó un 52%. A falta de dos sesiones para concluir el año, el Dow Jones perdía un 36,04%. El Nikkei japonés también sufre su mayor caída anual al ceder un 42,12%.

Los derrumbes no han sido menos llamativos en el resto de selectivos europeos. El Dax Xetra, que también cerró ayer el ejercicio, se derrumba un 40,37%, mientras que el CAC 40 pierde un 42,70%, y el Footsie 100, un 31,97%. Las bolsas de París y Londres celebran hoy su último día de negociaciones.

El peor año de la historia bursátil pulveriza las cotizaciones

El final de 2008 deja tras de sí una larga lista de valores con enormes recortes en sus cotizaciones. Tan sólo Unión Fenosa y Funespaña han sido capaces de cerrar en positivo en el SIBE. Dentro del Ibex, el peor parado ha sido Sacyr (-76,05%). En total, doce valores han rebajado su precio más de la mitad y ninguno ha perdido menos del 10%. Entre éstos, destaca el Banco Santander (-54,36%), que no ha sido inmune al pánico financiero a pesar de mantener su política de expansión y contar con el apoyo de los inversores en las ampliaciones de capital. BBVA, por su parte, cae también un abultado 48,33%. Las entidades bancarias han sufrido por el parón del sistema interbancario y la crisis inmobiliaria. Y es precisamente esta financiación «exhuberante» de los proyectos relacionados con el ladrillo la culpable de que muchas entidades financieras tengan que entrar en el sector como un agente más para dar salida a los activos inmobiliarios asumidos para cobrar las deudas.

Las constructoras han sido el otro sector protagonista del año, con grandes descuentos en Acciona (-58,96%), FCC (-54,61%), Ferrovial (-59,31%) y OHL (-56,75%).

En el CAC 40, a falta de la última sesión del año, ni un solo valor ha escapado a las pérdidas, por lo que podría destacarse a France Télécom (-6,11%) como el mejor. Otros 16 valores han reducido su cotización más de la mitad. A. CASTRO

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