Hora de buscar soluciones para evitar que el ciclo de confrontación se enquiste
El atentado realizado por ETA el miércoles por la mañana contra el edificio que alberga la nueva sede de Euskal Irrati Telebista y de otros medios de comunicación originó desde el primer momento una especial cascada de reacciones de condena y de solidaridad dado el objetivo escogido en esta ocasión por la organización armada. En espera de que los responsables del atentado aclaren las razones del mismo, las reacciones que ha provocado reflejan que no estamos ante una acción armada más, lo que podría llevar a deducir, del mismo modo, que puede tener un significado y unas consecuencias políticas determinadas. Tras el atentado mortal contra el empresario Inazio Uria, la izquierda abertzale hacía público un comunicado en el que apostaba claramente por abrir un ciclo de resolución del conflicto mediante métodos políticos y democráticos, y es ahí donde, hoy más que nunca, sigue radicando la clave, especialmente en un contexto en el que gana fuerza el debate sobre la necesidad de articular y aunar la fuerza necesaria (en forma de «polo soberanista» o «bloque popular independentista», según las definiciones al uso) para desarrollar un motor eficaz de cambio político, de cambio de ciclo y, por lo tanto, de cambio del terreno de juego que nos lleve a un espacio jurídico-político soberano. En este contexto, cada agente debe reflexionar, ineludiblemente, sobre lo que hace o deja de hacer para contribuir a ese interés común.
La articulación de esa fuerza pasa por profundizar en los avances políticos labrados estos años y por evitar que el actual ciclo de confrontación se enquiste. Como reiterábamos en recientes editoriales, el conflicto no se resuelve esperando, ni quedándonos en la conmoción de la preocupación por la situación política y social que, puntualmente, parece invadirnos, sea por una acción armada de ETA, como ocurrió el miércoles en Bilbo, sea por la espiral represiva de los estados español y francés, como ocurre prácticamente a diario en este país. Abrir camino a una solución política y democrática requerirá de mucho trabajo y esfuerzo. Urge llevarlo a cabo.