Probablemente
Con más prudencia que la recomendable, los ateos han colocado anuncios en algunos autobuses urbanos barceloneses, y lo hacen con un mensaje que dice: «Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta la vida». ¿Probablemente? El librepensamiento se fundamenta en la duda metodológica, en ir de los dogmatismos, pero sobre el asunto de Dios y su existencia, un ateo debe dejar clara su postura. Hay que señalar que estos anuncios de los ateos ya han sido paseados por autobuses en otras capitales europeas, pero en los de Barcelona, lo hacen en pocas unidades y después de una larga discusión interna de sus responsables sobre si era conveniente darles la autorización o no.
Probablemente muchos de los directivos de la empresa municipal de transportes, sus servicios jurídicos, probablemente, no se han leído la constitución española con demasiado detenimiento, y, probablemente no entienden muy bien lo que significa ser un Estado laico, ni que la libertad de creencias está refrendado hasta por el monarca, pero me apuesto mi anillo hiperbólico a que no tienen duda de la existencia de Dios. Y además del único dios verdadero, su Dios. Y no hubieran convocado a nadie para discutir si autorizaban o no poner el anuncio de una ultramontana cadena de radio episcopal, ni de alguna organización no gubernamental que confunde la solidaridad con la evangelización. Así colocados, probablemente, se trata del relativismo que denuncian las centurias de Rouco.
Disfrutar de la vida, es simplemente vivirla. Gozarla. Hacer proyectos individuales, en pareja o colectivos, y que nadie en nombre de nada superior, intangible, y, probablemente, inexistente, te pueda coartar ninguna de tus libertades ni derechos. Un juez, de apellido Calamita, homófobo recalcitrante, sancionado levemente por utilizar sus poderes jurídicos simplemente para impedir la felicidad a una pareja de lesbianas, está respaldado por una plataforma de correligionarios que le apoya y solicita colaboración económica. Están en su derecho. Pero si alguien quiere hacer otra para ayudar a un detenido político de otra índole, que no se le persiga. Probablemente, la utopía.