El nuevo Gobierno belga de coalición, encabezado por el primer ministro Herman van Rompuy, obtuvo ayer la confianza de una holgada mayoría en la votación de su programa en la Cámara de Diputados. El Ejecutivo logró 88 votos a favor frente a 45 en contra, sobre un total de 150 escaños. El resultado era esperado ya que el Gabinete está integrado por una coalición de cinco partidos que goza de una amplia mayoría en ambas cámaras del Parlamento.

Van Rompuy pidió a los diputados que no juzguen a su Gobierno hasta 2011, año en que está prevista la celebración de las próximas elecciones legislativas, pero muchos dudan de que el nuevo Ejecutivo puedan mantenerse hasta esa fecha debido, sobre todo, a las tensiones entre flamencos y valones.

La oposición flamenca puso en duda ayer la legitimidad del nuevo Gobierno en Flandes, al considerar que se trata de una «concesión a los francófonos».

Los partidos de oposición criticaron la constitución de dos comisiones de investigación parlamentarias, una sobre el caso Fortis, que provocó la dimisión de Yves Leterme, al considerar que sólo busca «lavar la cara» del ex primer ministro.