Masacre israelí en gaza
Los palestinos salen a las calles mientras siguen los ataques sionistas
Cuando se cumple una semana del inicio de la ofensiva israelí contra la franja de Gaza, que ha segado la vida de al menos 430 gazatíes, miles de palestinos se sumaron en Cisjordania a las protestas convocadas por Hamas, que decretó el Día de la Ira, y millones de musulmanes salieron a las calles en todo el mundo para denunciar la situación en Gaza. Las bombas israelíes mataron ayer a otros tres niños de entre siete y diez años. No es cierto que Hamas rompiera la tregua que expiraba el 19 de diciembre. Ya estaba rota. Israel no cumplió en ningún momento y ha alardeado incluso de ello.
GARA | GAZA
Miles de palestinos se manifestaron ayer en Cisjordania contra la ofensiva israelí en Gaza, donde tres niños más, todos ellos de la misma familia, murieron en el séptimo día de ataques aéreos. Asimismo, ayer, día de oración islámica, millones de musulmanes denunciaron en todo el mundo la situación de Gaza.
En Jerusalén, la Policía israelí desplegó importantes efectivos y limitó al acceso a la Explanada de las Mezquitas. En varios barrios de la ciudad, jóvenes lanzaron piedras a los soldados, que respondieron con granadas ensordecedoras y gases lacrimógenos.
En Ramallah, sede de la Autoridad Palestina, miles de palestinos se manifestaron en medio de un imporante despliegue de seguridad. Pudieron verse banderas de Hamas, que ayer llamó a un Día de la Ira y a atacar a Israel por cualquier medio, pero también de al-Fatah y de otras formaciones palestinas. También hubo movilizaciones en Belén, Hebrón y Nablús.
Balance: 430 muertos
El drama de la jornada se vivió en la localidad gazatí de al-Qarara, donde murieron los pequeños Iyad, Mohammad y Abdelsattar al-Astal, de entre 7 y 10 años, como consecuencia de un ataque israelí. El argumento sionista fue que esa paraje se utilizaba para lanzar cohetes.
De este modo, el balance de muertos del operativo sionista asciende a 430 muertos y 2.500 heridos, según los servicios de emergencia de Gaza. Entre ellos, figuran decenas de civiles y 65 menores de 16 años, según el doctor Moauwaiyah Hassainen, responsable de los servicios de emergencia gazatíes.
En el ámbito diplomático, no hubo grandes novedades. El portavoz de la Casa Blanca de EEUU, Gordon Johndroe, señaló que «corresponde a Israel decidir si lanza o no una operación terrestre en Gaza». Una jornada más, se sucedieron las especulaciones sobre la inminencia de este ataque terrestre.
En Israel, los principales líderes del Gobierno -Ehud Olmert, Tzipi Livni y Ehud Barak- se reunieron para analizar los pormenores de este ataque.
Analisis | Dabid LAZKANOITURBURU
Mentira y medios
Estamos de enhorabuena. Salpicados por los ríos de sangre palestina que bajan de Gaza, nos hemos puesto todos de acuerdo en que los conflictos nacionales, más incluso cuando tienen expresiones violentas, responden a situaciones complejas y poliédricas (muchas caras). Todo un paso hacia adelante.
Sentado este axioma, lo que no es de recibo es tratar de enrevesar aún más la complejidad analítica de la cuestión israelí -o palestina, si se quiere-, repitiendo una y otra vez mentiras para tratar de convertirlas en verdad o intentando vender como realidades tesis que tienen su origen en el desconocimiento, por no decir en la mala fe.
Ruptura de la tregua:No es cierto que Hamas rompiera la tregua alcanzada seis meses antes y que expiraba el 19 de diciembre, La tregua ya estaba rota. Israel no cumplió en ningún momento, y ha alardeado incluso de ello, su compromiso de levantar el bloqueo sobre Gaza. Si a ello sumamos las incursiones y ataques selectivos que ha llevado a cabo todos estos meses -una veintena de muertos en las últimas semanas del año- tenemos una radiografía de la situación, que se completa, ciertamente, con el lanzamiento de cohetes artesanales por parte palestina.
Hamas no quiere negociar con Israel: Igualmente falso. Los movimientos islamistas del tipo de Hamas -que tienen su origen en los Hermanos Musulmanes egipcios- son bastante más pragmátiicos de lo que se vende en los últimos años por estos lares en plena campaña antimusulmana.
Hamas siempre ha mostrado su disposición a negociar con Israel, pero insiste en que, en todo caso, el reconocimiento del Estado de Israel no debe ser una condición previa sino el resultado, hipotético, de unas negociaciones serias.
La victoria de los extremos: El rotundo triunfo de Hamas en las últimas elecciones legislativas libres -con todas las comillas que se pueden poner en una situación de ocupación- obedeció más a la corrupción del movimiento al-Fatah que a otras consideraciones. Sin duda alguna, la implicación de al-Fatah en procesos truncados como los de Oslo y posteriores le hizo perder apoyos, pero lo decisivo fue la desastrosa gestión de las migajas que Israel ofreció a Arafat (la Autoridad Palestina).
El «progresismo» israelí: Es indudable que la sociedad israelí vive un proceso de escoramiento hacia posiciones extremas que se explica en parte por el cambio demográfico de los últimos decenios (llegada masiva de judíos del este europeo...). De ahí a sostener que la pérdida de peso del laborismo israelí es un obstáculo a una paz duradera va un abismo que sólo se puede rellenar con apriorismos falsos.
El laborismo israelí es por naturaleza sionista, como lo es el Estado israelí. Que formaciones pacifistas como Meretz hayan defendido públicamente el actual ataque israelí a Gaza se explica, en parte, por puro tactismo electoral -hay que robar votos a un laborismo a la deriva- y, en otra parte, por la deriva esquizofrénica de la sociedad israelí.
El fundamentalismo palestino: Palestina es mayoritariamente musulmana. El islamismo no es una construcción israelí. Guerrillas palestinas que tenían como base el islamismo político lucharon contra Israel antes y después de su constitución como Estado. Hamas no es más violenta de lo que lo fueron, o son, las organizaciones armadas que, erróneamente, se consideran desde aquí como laicas. No es la sociedad palestina la que se ha escorado hacia posiciones extremas. Es la facción en el poder de al-Fatah -ni mucho menos toda la organización- la que ha plegado la bandera de los intereses nacionales palestinos.
Poner el acento en el fundamentalismo palestino sirve para ocultar el verdadero fundamentalismo étnico-religioso imperante en la zona. El de Israel, Estado basado en una concepción teocrática y excluyente: «La patria de los judíos».
La culpa es de Hamas: Sostener que la culpa de lo que está pasando en Gaza es de Hamas movería a risa si no estuviéramos ante un drama. Hamas venció en las legislativas de 2006 y respondió a un intento de golpe de Estado de al-Fatah -lo reconoce hasta la CIA- expulsando a sus dirigentes- Estos últimos iniciaron una caza del islamista en su reducto de Cisjordania.
Lo de que Hamas utiliza a civiles como escudos humanos en un territorio hacinado como Gaza es pura desverguenza. ¿Estaría dispuesto quien eso afirma a defender ese axioma para el caso contrario? ¿Para los escasos civiles israelíes muertos bajo los cohetes artesanales palestinos?
El recurso a la lucha armada: Sostener que el recurso a la lucha armada no trae más que sufrimiento a la población palestina es una simple tautología. Otros pueden sostener lo contrario. Que la lucha palestina ha impedido su sometimiento y definitiva aniquilación, o puede incluso poner ejemplos de lo contrario sin salirse de aquel área geográfica. Está el caso de Hizbulah y de la retirada israelí de Líbano y de su reciente derrota en la última ofensiva de 2007.
La fuerza de la razón: Un pueblo es expulsado de su territorio a la fuerza por una decisión de las grandes potencias, que se libraban de un lado de su sentimiento de culpa por el holocausto nazi y se olvidaban del problema judío -mejor dicho, del problema del antijudaísmo en Europa y EEUU.
De paso, Occidente ponía una pica en Flandes en medio del mundo árabe y/o musulmán.
Un pueblo que lleva 60 años intentando resistir por todos los cauces, más o menos acertados.
Una cosa es reconocer lo complejo y poliédrico de las situaciones. Otra, tratar de hacernos trampas en el solitario. Sobre todo, porque esto último nos aleja de una posible solución.
En Euskal Herria también hubo ayer movilizaciones en apoyo a Palestina y para denunciar el genocidio en Gaza. La más numerosa se registró en Bilbo, donde más de 600 personas recorrieron el centro de la ciudad coreando consignas como «Palestina askatu!». En Azkoitia, se concentraron 125 personas.
Por otra parte, un comunicante anónimo reivindicó el lanzamiento de huevos podridos y pintura roja y la colocación de una pancarta en el centro comercial Carrefour de Iruñea para rechazar la represión israelí contra Palestina y llamar al boicot.
Las citas para hoy son a las 11.00 ante el Ayuntamiento de Baiona, convocados por diferentes grupos, y en Iruñea a las 17.00 en el paseo de Sarasate a instancias de la comunidad islámica.
Batasuna se sumó al llamamiento al boicot realizado por más de 200 colectivos palestinos y criticó a la comunidad internacional, especialmente a la UE.
GARA