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«Los factores genéticos son los responsables en un 70% de la adicción a la cocaína»

Ainhoa Bilbao Leis
Instituto de Salud Mental de Mannheim

Doctora en sicología, estudió en la Universidad de Deusto y en la Complutense. Se especializó en Neurociencias. Lleva dos años de investigadora en el Instituto Central de Salud Mental de Mannheim (Alemania). Ha participado en una investigación, publicada en ``Proceedings of the National Academy of Sciences'', que revela el primer gen relacionado con la vulnerabilidad a la adicción a la cocaína.

Joseba VIVANCO |

Esta investigadora vasca detalla los estudios en los que participa para hallar las causas genéticas que en muchos casos están detrás de la adicción a la cocaína, drogodependencia que sigue siendo un problema en Europa.

«Ser cocainómano se lleva en los genes» titulaba un diario al referirse a esta investigación. ¿Hasta qué punto es verdad?

Claro que es cierto. De hecho, «casi todo» se lleva en los genes. En relación con el problema de la adicción, se estima que los factores genéticos son responsables en un 70% de la adicción a la cocaína, convirtiéndola en una «enfermedad» tan hereditaria como la esquizofrenia u otras condiciones de salud mental. A modo de ejemplo, estudios realizados con mellizos, es decir, individuos con la misma carga genética, sugieren que el alcoholismo tiene aproximadamente un 50% de componente genético.

¿Cuáles han sido las conclusiones de la investigación?

Antes de nada, hay que situarse en el contexto. La cocaína actúa bloqueando la eliminación de la dopamina -un neurotransmisor- en el cerebro, por lo que el resultado final es que aumentan los niveles de dopamina en el cerebro. Tras el consumo de cocaína, los niveles de este neurotransmisor aumentan muchísimo y rapidísimamente y las neuronas sensibles a la dopamina se activan de una manera muy potente. Esta activación causa un aumento en el procesamiento del ADN en el núcleo de la neurona, es decir, la transcripción de genes, que dará lugar a la síntesis de nuevas proteínas. Una de las hipótesis más establecidas asocia los potentes efectos de la cocaína sobre la transcripción de genes con el desarrollo de cambios a largo plazo, y quién sabe si permanentes, en el comportamiento. Lo que hemos encontrado en esta investigación es que un gen, el CaMKIV, es responsable de controlar la magnitud de la respuesta a cocaína en animales. La relevancia de esta observación, además, se ha confirmado con el análisis de las variantes genéticas del gen en humanos adictos a cocaína.

¿Qué presenta de novedoso?

En mi opinión, este estudio es importante ya que trata de investigar cuáles son los mecanismos de la droga que, a nivel neuronal, causan los cambios a largo plazo en el comportamiento, y de manera exitosa traslada los resultados obtenidos con modelos animales a la patología humana.

Primero con ratones...

Y el modelo animal utilizado ha sido fundamental. Un problema en la investigación con animales en general ha sido el hecho de que, cuando se muta un gen, hasta hace poco tiempo las técnicas sólo permitían realizar la mutación en todo el cerebro, algo que induce el desarrollo de respuestas compensatorias a la mutación, es decir, el cerebro «compensa» la pérdida de una función asumiendo dicha función a través de otras vías. Pero gracias al avance en las nuevas tecnologías, ahora es posible realizar la mutación en lugares específicos. Nuestro modelo animal es único y novedoso en ese sentido, ya que la mutación de una de las proteínas estudiadas, la CamKIV, se realizó en una población de neuronas específicas, aquéllas que están directamente afectadas por la cocaína.

Después ensayaron en humanos. ¿Qué les aportó?

Tras los estudios con los animales y concluir que la CaMKIV estaba ciertamente asociada con la adicción a la cocaína, un problema esencial fue: ¿es todo esto relevante para la adicción en humanos? Y es aquí donde aparecen los estudios genéticos. En colaboración con nuestros colegas de Brasil e Inglaterra, encontramos que una de las variantes comunes del gen CaMKIV era más frecuente en un grupo de adictos a cocaína en comparación a individuos sanos. Es decir, los adictos mostraron un 25% más de probabilidad de portar la variante del gen que los individuos que no probaron la cocaína.

Ahora, la pregunta del millón: ¿Tendrá aplicación práctica?

Es improbable que este hallazgo lleve al desarrollo de tratamientos para adictos a cocaína, pero lo que esperamos es que pueda servir para chequear a aquellos individuos que tengan problemas en abandonar el hábito si han tenido experiencia con la cocaína. Si eres portador de la variante de este gen, la probabilidad de convertirte en adicto a cocaína es mayor. Por tanto, esto se puede considerar como un marcador de vulnerabilidad para la adicción a cocaína. Por ejemplo, las personas que fueran susceptibles de convertirse en adictas a cocaína podrían ser protegidas con vacunas experimentales que están siendo desarrolladas actualmente. Dichas vacunas están diseñadas para bloquear el «subidón» asociado al consumo de la droga. Ahora queremos expandir los estudios genéticos a otro tipo de adictos, como los alcohólicos.

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«Si eres portador de este gen, la probabilidad de convertirte en adicto a la cocaína es mayor»

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