GARA > Idatzia > Iritzia > Jo puntua

Fede de los Ríos

Arios y Pueblo elegido, cuestión semántica

Después de diecinueve meses de bloqueo por parte de Israel, Estados Unidos y la democrática Unión Europea privando a la población inexistente palestina a los suministros más elementales, se niegan a reconsiderar su votación

Decía Ibrahim Tuqan que «matar a un hombre es un crimen, acabar con todo un pueblo es un asunto a discutir». Ibrahim, un poeta palestino que murió en 1941, siete años antes que los seguidores del patriarca filicida Abraham se hicieran con la Tierra prometida por Yahvéh. No conoció el poeta la terrible realidad de su profecía. Aunque intuidos, no pudo ni imaginar los sesenta años de sufrimiento desde la ocupación, ni siquiera la crueldad de sus ocupantes.

Para los sucesivos gobiernos nacionalsionistas que desde 1948 (Al-Nakba, el día del desastre lo llaman los palestinos) detentan el poder en Israel, los palestinos han ocupado desde entonces un lugar en el paisaje, forman parte del atrezzo o decorado, junto con las vacas, cabras palmeras y olivos. No son personas ni siquiera individuos.

«¿Palestinos? No sé qué es eso», declaró Golda Meir, la que fuera primera ministra de Israel en los 70. No decía nada nuevo. David Ben Gurion, quien proclamaría el 14 de mayo de 1948 oficialmente la independencia del Estado de Israel, había afirmado que «en un sentido histórico y moral» Palestina era un país «sin habitantes».

El también primer ministro Menajem Beguin respondió a un compatriota judío: «Tenga cuidado, amigo mío: si usted reconoce a Palestina destruye su derecho a vivir aquí. Porque si está aquí Palestina y no Israel, entonces usted es un conquistador y no un constructor del país. Es usted un intruso. Si está aquí Palestina, el país pertenece al pueblo que vivía aquí antes de que usted viniera, siguiendo los pasos de Vladimir Jabotinski», uno de los creadores del revisionismo sionista, que en su obra «La muralla de hierro» escribió: «La colonización sionista, incluso la más restringida, debe ser concluida o llevada adelante sin tener en cuenta la voluntad de la población nativa. Esta colonización puede, por ende, continuar y desarrollarse sólo bajo la protección de una fuerza independiente de la población local, una muralla de hierro que la población nativa no pueda romper. Ésta es, in toto, nuestra política hacia los árabes. Formularla de otra manera sólo sería hipocresía».

Los palestinos no existen, excrecencias molestas con cierta cultura primitiva y carentes de civilización. Son una vez más el retrato del colonizado. Salvajes ávidos de la sangre de los colonos de Gaza y Cisjordania; a la manera de aquellos salvajes pieles rojas que hostigaban a los anglosajones que civilizaron América del Norte. E igual que aquéllos, son reacios a vivir en reservas.

Se les dejó votar y, bárbaros como son, eligieron mal. Votaron Hamas y jamás volverán a votar.

Después de diecinueve meses de bloqueo por parte de Israel, Estados Unidos y la democrática Unión Europea privando a la población inexistente palestina a los suministros más elementales, se niegan a reconsiderar su votación. No queda otra que incursiones de castigo en las poblaciones nativas por parte del séptimo de caballería montado en tanques, aviones y helicópteros.

Del nacionalsocialismo al nacionalsionismo, cuestión de tiempo y espacio.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo