Jugando a ritmo de videoclip, con constantes intercambios de golpes, y momentos de soberana calidad y excesiva tensión, el choque entre los dos primeros de la ACB no defraudó. Y en el choque del morbo por el regreso de Ivanovic, por el debut de Ilievsky, Tau Baskonia mostró que no hay cancha que se le resista si juega como sabe. Incluso tras la irrupción de Basile en el último cuarto, la dureza defensiva y mental de los gasteiztarras les dio un nuevo triunfo.

El cuadro baskonista es mortal cuando logra correr, por eso sus rivales buscan, ante todo, ralentizar el juego gasteiztarra. De hecho, el encuentro empezó con un 12-4 adverso para los alaveses, en el que el juego en posicional, las defensas pegajosas y los constantes choques entre jugadores eran las notas predominantes. Bajo la batuta de Sada y la anotación de Ilyasova, los hombres de Xavi Pascual podían ante un Tau Baskonia que veía cómo su primera oleada era parada en seco.

Desde luego que los primeros espadas baskonistas no tuvieron ayer su mejor día, pero fue poner a Vidal por Rakocevic y la decoración cambió por completo. El badalonés, que acabó el encuentro con 18 puntos -cuatro de cinco en triples, ¡quién lo diría!- lo volteó definitivamente, elevó el concepto de presión defensiva hasta el extremo. De su mano, los de Ivanovic asestaron una puñalada en forma de parcial de 0-11, contestado por un 5-0 de la mano de un David Andersen que acostumbra a jugar bien ante la escuadra baskonista.

Con 17-20 en el marcador al final del primer período, Ivanovic dio entrada a Fernando San Emeterio, un calco de Sergi Vidal, aunque quizá con más capacidad física pero menos calidad. El cántabro, secundando perfectamente a Vidal, dio un segundo arreón a los visitantes, que no perdían oportunidad de galopar y galopar a poco que se les presentara una oportunidad. De sus manos, y con una más que destacable defensa colectiva, los de Ivanovic lograron un parcial de 14-24 en el segundo cuarto. A este ritmo casi ningún equipo europeo puede hacer sombra al Tau Baskonia.

También merece espacio el debut de Vlado Ilievsky. El base macedonio jugó nueve minutos en su debut, en el que anotó dos puntos, dio dos asistencias y recuperó un balón. A diferencia de un Shakur que continúa en la disciplina baskonista pero que ayer no jugó ni un segundo, Ilievsky aportó un equilibrio más que necesario para el conjunto de Ivanovic, ya que Prigioni, al fin, pudo tomarse un respiro sin tener que vivir la tensión permanente de tener que estar a punto de regresar al juego para arreglar el desaguisado del compañero. Además, hay que anotar que el mérito del macedonio es doble, ya que apenas ha podido entrenarse con sus nuevos compañeros.

Navarro y Basile achuchan

El 31-44 del descanso daba un colchón precioso para los visitantes, y éste debía aumentar aún más después del 5-8 de inicio del tercer período, gracias al cual se llegó a la máxima ventaja baskonista: 36-52.

El partido parecía decidido, pero un tiempo muerto solicitado por Xavi Pascual supuso el pistoletazo de la reacción de los geniales Navarro y Basile. Ambos escoltas, que hacen de su irregularidad todo un arte, empezaron a ver el aro rival como una piscina, fueran sus tiros pertinentes o no. Aprovechando un bajón de tensión de los alaveses, el cuadro catalán empezó a limar su desventaja, bajando de la barrera de los diez puntos al inicio del último cuarto: 52-71.

Ivanovic se jugó los últimos minutos con sus titulares, pero éstos no tenían el mayor acierto. Los de Pascual dominaban el rebote ofensivo -agarraron 16 en total- hasta ponerse a dos puntos, 68-70 y balón, a falta de poco más de un minuto.

Fue entonces cuando un robo de Mickeal y dos tiros libres del estadounidense y otros dos de Splitter volvieron a poner el partido donde los baskonistas querían. Podía haber tiempo para el revolcón, pero una magnífica última defensa hizo que el triunfo se fuera para Gasteiz.