Como una flecha, nos dijo la fecha. Rápido, rápido, que las encuestas vienen con datos malos, que ya no podemos mantener el manto sobre la realidad económica en el virreinato de Ibarretxe. Y allí estaban todos los medios de comunicación, todas las televisiones, todas, para después dejar paso a todos los posibles contendientes. ¿Todos? No, ¡por favor!, que todavía existen jerarquías, solamente algunos posibles contendientes, pero no los de la franquicia vasca, sino lo de al central, y un gran silencio: la gran mancha antidemocrática, la losa que debe pesar sobre sus malos hábitos seudo democráticos: ¿se podrá presentar algún partido, asociación de electores, o cualquier otra fórmula que represente de manera lejana a algo similar a una leve propuesta independentista?

Nadie sabe, nadie contesta, pero se les llena a demasiados la boca de decir que han convocado unas elecciones democráticas, y hasta parecen convencidos, pero es vergonzoso preguntar si entienden que es democrático que coloquen de manera cínica y autoritaria a decenas de miles de ciudadanos y ciudadanas sin poder elegir a quién quieran. La fecha la ha puesto con un cálculo de posibilidades en donde deje fuera de las urnas a una gran parte del electorado. Lo otro no le importa, empates técnicos, subidas o bajadas, al final se sentarán en el casino y se jugarán las consejerías, las coaliciones, lo que sea. Primero el Poder, después el poder, y para luego el deber.

La verdad única, es que estamos en campaña electoral, que los vascos y las vascas van a estar en la tele electoral junto a los gallegos y las gallegas, que si la presión era poca, ahora va a ser un alud de actividades de los equipos de campaña, con la presencia hasta en alguna biblioteca del candidato menos malo de los peores dando lecciones y esperando que la economía y la política se vayan arreglando por la intervención de las hadas, los duendes o el santoral. Mirando la tele solamente vemos malos humos, mucha incompetencia para entender la realidad social, política y económica y raudales de demagogia barata e inmovilismo. O cambiamos de tele o cambiamos de gobierno. Podría poner la fecha.