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MANIFESTACIÓN EN BILBO

Más de 37.000 personas arropan a los presos vascos en las calles de Bilbo

Bilbo acogió ayer una de las manifestaciones más multitudinarias de los últimos años. Según el recuento realizado por GARA, más de 37.000 personas secundaron la movilización convocada por Etxerat en defensa de los derechos de los prisioneros políticos vascos, así como para exigir la inmediata liberación de los presos gravemente enfermos y de quienes siguen encarcelados pese a haber cumplido ya la condena impuesta por los tribunales españoles y franceses.

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Gari MUJIKA | BILBO

«Hoy, miles de personas hemos demostrado que queremos a nuestros familiares presos vivos y en casa. Que sus derechos se deben respetar y que conseguirlo está en la mano de todos. Está en la mano de todos nosotros exigir a los gobiernos español y francés que pongan fin a su política carcelaria. Y, de verdad, que lo vamos a conseguir», aseguró ayer el representante de la asociación Etxerat Polentzi Goikoetxea ante decenas de miles de personas.

Según el cálculo habitual de GARA, 37.345 personas pasaron por los puntos de recuento. No obstante, la cifra se incrementaría teniendo en cuenta que muchos participantes no siguieron estrictamente el itinerario fijado ya que por momentos se encontraba colapsado.

La asociación de familiares de los represaliados políticos vascos había recabado miles de apoyos y la adhesión de decenas de agentes políticos, sindicales y sociales del país. Ese respaldo se multiplicó en las calles de Bilbo, que acogieron una de las manifestaciones más multitudinarias celebradas en nuestro país de los últimos años.

La cabeza de la marcha -que se llevó a cabo bajo el lema «Heriotza zigorrik ez! Bizi arteko zigorrik ez! Eskubide guztien jabe, euskal presoak Euskal Herrira!»- tardó alrededor de hora y media en recorrer el trayecto entre Aita Donostia y el ayuntamiento. Otro dato que refleja la dimensión del acto es que hubo quienes tuvieron que esperar 45 minutos desde que arrancó la primera pancarta para poder incorporarse en la zona de La Casilla. Mientras tanto, la multitud avanzaba hacia el ayuntamiento para exigir el fin de la política carcelaria «vengativa y cruel» de los estados francés y español.

Los adornos navideños que engalanan el edificio consistorial dejaron de brillar cuando los allegados de los 764 prisioneros políticos vascos ocuparon las escalinatas alzando las fotografías de sus familiares. Momento en el que la bandera española colocada en el mástil oficial no obtuvo la ayuda del viento para ondear.

Ante las miles de personas que ocupaban todos los rincones, uno de los momentos más emotivos llegó cuando un representante de Etxerat envió un mensaje de solidaridad y apoyo para con el pueblo palestino. En ese momento, un exiliado palestino alzó en el escenario con una mano la bandera de su nación, mientras que con la otra realizaba el gesto de la victoria. Un gesto que recibió calurosos aplausos seguidos de continuos gritos de «Palestina aurrera!».

Contraviniendo su legislación

Los sones de la adarra y la txalaparta anunciaron el comienzo del acto político, acompañados de dos bertsolaris y una familiar que, portando una fotografía que recordaba a los exiliados políticos, entonó un irrintzi que retumbó a ambos lados de la ría, forzando nuevos irrintzis entre salvas de aplausos.

La primera en tomar la palabra fue Jose Campos, compañera de Bautista Barandalla, el vecino de Etxarri-Aranatz que se encuentra gravemente enfermo. Campos denunció que son trece los presos políticos gravemente enfermos que siguen encarcelados, contraviniendo así la propia legislación española y francesa o las referencias que se tienen en cuenta en cualquier conflicto político en el mundo.

Trece ciudadanos vascos que, según denunció, son la muestra de que la cárcel es una fuente continua de enfermedades y de la «crueldad» de la política penitenciaria de ambos estados.

«No vamos a admitirlo»

Otra integrante de Etxerat, Jone Artola, hermana del preso político vizcaino Joseba Artola, trajo a colación la nueva situación que el Gobierno español forzó de la mano del Tribunal Supremo con la implantación de la doctrina que fuerza a los vascos a una condena de cadena perpetua. Recordó que ya se elevan a 28 los presos políticos vascos que permanecen encarcelados pese a haber cumplido de forma íntegra la condena impuesta por los tribunales españoles. Y que otros 170 ya han cumplido las tres cuartas partes de la pena, por lo que, según la legislación española, deberían ser liberados.

En ese contexto, Artola conminó al Gobierno español y a «los agentes y partidos que lo apoyan, empezando desde Euskal Herria, que digan claro que quieren la pena de muerte y que lo apoyan». «Pero que sepan que no vamos a admitirlo y que seguiremos luchando hasta repatriarlos, aunque sea una lucha de por vida», añadió.

El tercer representante de la asociación de familiares en tomar la palabra fue Polentzi Goikoetxea, quien recordó la reciente «amenaza» hecha desde Madrid en estos momentos, cuando hay más prisioneros políticos vascos que nunca.

«Quieren aniquilar a nuestros familiares, quieren que se pudran en las cárceles y quieren que nosotros, los familiares, nos topemos con la muerte en la carretera», denunció con dureza en referencia a las últimas afirmaciones del ministro español de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, defendiendo la política de dispersión como una «cuestión de Estado». No obstante, Goikoetxea reiteró «que no van a conseguir que nos desesperemos» y que, a pesar de que intenten silenciar y ocultar las reivindicaciones en pro de los derechos de los presos vascos, serán miles y miles las personas que seguirán trabajando en ello.

Por último, el representante de Etxerat emplazó a todas las personas congregadas a seguir sumando compromisos para defender esos derechos.

El acto finalizó con una canción muy conocida. El que fuera integrante del grupo Etzakit Xabier Solano, guitarra en mano, cantó en formato acústico la exigencia de la repatriación de los prisioneros políticos vascos: «Herriko seme-alabak,/ herritik urrun daudenak,/ nahi ditugu elkarrekin,/ gurekin, denak./ Zuk barrutik, nik kanpotik tira,/ herria itzaltzen ari da,/ lehen bait lehen ekarri behar dira,/ presoak Euskal Herria (...)».

«Hemen gaude, eta hemen jarraituko dugu lanean, tinko»

Etxerat elkartearen izenean komunikabideei eginiko adierazpenetan, bai Polentzi Goikoetxeak eta baita Jose Camposek nabarmendu zutenez, euskal preso politikoen eta, oro har, errepresaliatu politikoen senideek eta lagunek edozer dela ere beren eskubideen defentsan lanean jarraituko dutela nabarmendu zuten: «Gobernu frantsesak eta espainiarrak eta politika kriminal horretan laguntzen duten guztiek argi izan dezatela hemen gaudela, hemen jarraitzen dugula eta inoiz ikusi ez den tamainako indarra metatzen ari garela».

Atzokoa manifestazio itzela izan bazen ere, aurrerantzean ere herriz herri eragile, herritar eta talde desberdinengana «konpromiso eske» joko dutela iragarri zuten. Preso politikoen eskubideen defentsan aritzeko konpromiso hori eskatu zieten bertan zeuden herritarrei ere. «Eskubideez hitz egingo dugu, ez beste ezertaz, eta, eskubide horiek guzti hartuta, aurrera egingo dugu gure senide preso guztien askatasuna lortu arte. Hitzematen dugu lanean segituko dugula», nabarmendu zuen Goikoetxeak.

Jose Camposek, Bautista Barandalla preso politiko gaixoaren emazteak, berriz, bestelako ideia bat ere gaineratu zuen: «Lanean jarraituko dugu, gure senideen ahotsa ekartzen jarraituko dugu eta, noski, gure senideen eskubideen aurkako bortxaketa sistematikoa salatzen dugunean beste aldera begiratzen duten horien guztien lotsaren ispilu izango gara».

G.M.

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