Empate en Ipurua
Un solo borrón pesó tanto como noventa minutos de superioridad
El Eibar disputó un partido sensacional, que le hizo merecedor de la victoria. Yagüe adelantó a los suyos en el primer tiempo, pero un error de Zigor evitó que los tres puntos se quedasen en Ipurua. Añibarro anotó dos goles, pero el árbitro anuló ambas jugadas.
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Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR
De la misma manera que un sólo gallo frustra la actuación de un coro de ángeles o un borrón aislado arruina el más primoroso ejercicio de caligrafía, un único error puede dejar sin premio el mejor partido. Así sucedió ayer en Ipurua, donde una desgraciada intervención de Zigor permitió al Xerez empatar un encuentro que de ninguna manera debía haberse escapado.
Fue el único borrón para un Eibar que cuajó una actuación sensacional, sobreponiéndose a las adversidades. Para empezar, a una convocatoria cogida con alfileres -Markel se sentó en el banquillo para hacer bulto, después de no haber superado la prueba previa al encuentro-, que incluía a dos jugadores del filial, y con Yagüe como único delantero disponible. Y para concluir, a un rival que se presuponía complicado y motivado, no en vano llegó a Ipurua en el tercer puesto de la clasificación y habría dormido en el liderato en caso de haber ganado.
Pero las previsiones no dieron una. El Xerez, apocado y sin un ápice de ambición, se limitó a sufrir ante un rival que lo puso todo, ganas, juego y goles. El resultado fue un encuentro de color claramente azulgrana, sobre todo en un primer tiempo en el que Zigor apenas sí vio el balón.
Pese a alguna novedad destacada -sobre todo la de Añibarro, titular a última hora por la baja de Markel y uno de los mejores de la tarde-, el Eibar funcionó como una máquina y la recompensa no se hizo esperar. Amagó Añibarro, con un gol anulado por haber botado Sutil la falta antes de tiempo y acertó, casi de inmediato, Yagüe, rematando un gran centro de Iván Romero. Lejos de conformarse, los eibarreses siguieron probando a Chema, que vio cómo el balón volvía a entrar en su portería: de nuevo con un cabezazo de Añibarro y de nuevo en una jugada que acabó anulada, en este caso por fuera de juego del vizcaino. Antes, Sutil había enviado el esférico al palo.
El descanso le sentó mejor al Xerez, que regresó al verde más puesto. Sin embargo, su injusta recompensa se debió más al demérito del rival. Más concretamente, al error de Zigor que, tras hacerse con el balón para evitar un córner, lo soltó de forma incomprensible para que Momo anotase el empate.
Los habituales minutos de incertidumbre no fueron demasiados. El Xerez no tardó en dar por bueno el resultado, más aún cuando, a un cuarto de hora del final, Calle veía la segunda amarilla -ambas por simular sendos penaltis-. Carlos Pouso respondió con la alternativa más ofensiva que le permitía su limitado banquillo y los armeros no cejaron en el empeño hasta el pitido final. El fútbol, lamentablemente, no entiende de justicia -tampoco lo hacen siempre los árbitros, el de ayer se comió un penalti a Codina a dos minutos del final- y tuvieron que acabar conformándose con un punto.
Empate de amargo sabor pero que, a los más optimistas, permite seguir viendo el vaso medio lleno: ya son tres las jornadas consecutivas en positivo para un Eibar que puede concluir la jornada ampliando a cinco puntos su ventaja respecto al descenso.
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La suerte no acompañó el Eibar y no sólo por el error que permitió el empate visitante. Sutil envió un balón al palo y Añibarro vio cómo le anulaban dos goles. En ambos acertó el árbitro, pero no en el penalti que le escatimó a Codina.
Mientras el Xerez celebraba un punto inmerecido, el Eibar se lamentaba de la oportunidad perdida. Y es que, como destacaba Carlos Pouso, «es muy difícil que juguemos mejor y ser más superiores a un contrario que hoy».
El técnico, de todos modos, no quiso apelar al infortunio para justificar el resultado. «No me gusta apelar ni a la fortuna, ni al árbitro. Prefiero pensar que nos ha faltado algo. Y en este caso sí se podía hacer más, matrializar las ocasiones, porque hemos estado deficitarios en ese aspecto».
Sólo en éso porque, como destacaba el propio técnico, el Eibar estuvo «serio en defensa, infinítamente superior en el centro y con ocasiones como para parar un tren. Y si el Xerez no ha hecho más, ha sido porque no le dejábamos. Le duplicábamos en bajas -recordó- pero en el juego hemos sido mucho mejores».
Esteban Vigo, por su parte, admitió que «no hemos hecho lo que teníamos que hacer y me quedo con lo mejor, que nos llevamos un punto de un campo difícil», aunque consideró que en el segundo tiempo, su equipo fue «superior».
A.U.L.