Los diez millones por cubrir del presupuesto encontrado por el nuevo Consejo no invitan a fichajes
Se busca un delantero por el deseo de técnicos y plantilla
Se muestran dispuestos a rebajar sus ingresos, lo que ayudaría a una llegada que ven positiva para subir.
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Los técnicos de la Real buscan un delantero que entre en los limitados parámetros en los que puede moverse el club, siempre que se den unas circunstancias que permitan reducir los 10,1 millones de euros de desequilibrio en el presupuesto con los que se ha encontrado el nuevo Consejo de Administración.
Una de las primeras medidas para reducir ese desfase es llegar a acuerdos con los técnicos y jugadores del primer equipo. La disposición en principio parece favorable. Lo más llamativo es que los futbolistas aceptan bajarse sus sueldos -aunque serán necesarios acuerdos individuales con cada uno para plasmar esa buena voluntad-, pero también son partidarios de buscar un delantero que cubra la baja de Iñigo Díaz de Zerio y tener más opciones para ascender.
Los técnicos, que tienen todo el apoyo de sus jugadores dentro de la piña que han formado, entienden que la solución económica del club pasa por ascender y confían en que pueden hacerlo si se mantiene la plantilla actual y se le añade un delantero. Nunca buscar una incorporación está tan justificado, porque la primera plantilla sólo tiene dos delanteros, el mejor está lesionado para toda la temporada y el otro no ha marcado un gol. Pero al mismo tiempo nunca ha estado más justificado no gastar nada en fichajes porque el riesgo de liquidación de la sociedad es mayor de lo que la gente puede llegar a entender.
Una apuesta muy importante
Por eso, cualquier decisión debe meditarse mucho y estar condicionada a lo que todos estén dispuestos a apostar. Lillo comentaba que gastando muy poco en ese fichaje se podía ganar mucho con el ascenso a Primera. Y lo mejor es que esa apuesta están dispuesta a hacerla los técnicos y jugadores, porque ellos asumen que hay que rebajar el coste de la plantilla. Cuanto más se gaste en ese fichaje más deberían renunciar. Sólo que unos jugadores que no han cobrado mucho más de la mitad de la ficha del año pasado estén dispuesto a aceptar cualquier rebaja ya es digno de elogio, pero que además impulsen esa inversión para tener más opciones de subir tiene que ser un acicate para satisfacer esa petición y para apoyarles en ese objetivo.
Pero ni los técnicos ni el Consejo deben perder la cabeza. Todo lo que sea invertir más de 300.000 euros en ficha por la cesión por medio año de un delantero sería demasiado. Con la rebaja igual sólo hay uno o dos realistas que cobraría más que ese dinero en medio año. El perfil de ese cedido debería ser el de un delantero que no juegue en Primera o de un joven de Madrid, Villarreal o Barcelona.
Porque sin dinero no es fácil acertar en un mercado de urgencias. No es casualidad que los dos mejores fichajes del verano sean los más baratos y los primeros, Marcos y Sergio. Para fichar sin garantías es mejor apostar por Agirretxe y Viguera. Muy pocos delanteros en Segunda tienen su calidad. Les falta experiencia y nunca se puede predecir cómo van a responder al reto ante defensas de oficio, pero igual es mejor apostar por ellos y confiar en que Necati aporte más o juegue menos. Porque el de Usurbil demuestra que está mejor y el riojano tiene tanta clase que metió un golazo el mismo día que reapareció tras superar su grave lesión.
Una solución estructural
Pero la supervivencia de la Real no debe buscarse tanto en acertar en un delantero para ascender este año a Primera, aunque ojalá se consigan las dos cosas, como en buscar una solución estructural. Que el Consejo herede un presupuesto de 24 millones en Segunda y sólo nueve correspondan a las fichas de los jugadores del primer equipo es algo que obliga a reflexionar.
Que un club sea capaz de generar catorce millones en Segunda y mantenga 20.000 abonados es una base que le va a llevar a Primera antes o después si no desaparece y si la mayor parte de ese dinero se destina a pagar a los jugadores. Porque destinar siete u ocho millones a sus fichas es perfectamente asumible con un presupuesto de catorce y muy mal hay que hacerlo para no subir en un par de años. El problema es el resto.
Y lo menos pesado en esa losa estructural que ahoga a la Real son los trabajadores, partida que también debe rebajarse, lo que no será difícil porque también están dispuestos a cobrar menos. El problema son los más de siete millones que cuesta la amortización de fichajes y todo lo que rodea la fábrica de Zubieta. La Real tendría que elegir entre gastar tanto en Zubieta o en fichajes para competir en Primera con clubes que no tienen esos gastos en cantera y también evitan pagos de traspasos. En Segunda ni puede soportar el coste de amortizaciones -sólo Rivas supone 600.000 euros anuales- ni los entre tres o cuatro millones que cuesta Zubieta, incluido mantenimiento de instalaciones, seguridad, técnicos, trabajadores y los acuerdos con los clubes convenidos.
Los realistas llegaron a sus casas pasadas las cinco de la madrugada tras un largo viaje en AVE y autobús y pocas horas después se entrenaron en Zubieta. Necati no lo hizo por un golpe en el gemelo y su problema lumbar. La Real descansa hoy y mañana vuelve con sesión doble.
El árbitro escribió en el acta que expulsó al entrenador de porteros Xabi Manzisidor una vez acabado el partido porque se acercó a decirle «pitas lo que quieres. No tienes ni puta idea» y luego le dedicó la expresión «`puto sinvergüenza', incidencia que me comunicó el cuarto árbitro».