Rusia da un giro de tuerca y reduce el volumen de gas vía Ucrania
El Kremlin ha decidido dar un puñetazo en la mesa y restringir el volumen de gas vía Ucrania para recuperar los 63,5 millones de metros cúbicos de cuya sustracción acusa a Kiev. Por de pronto, países del este de Europa y de los Balcanes ya han comenzado a constatar bajadas en el suministro. Rusia ha anunciado que garantizará el suministo sorteando a Ucrania desde rutas alternativas a través de Bielorrusia, Polonia y Turquía.
GARA |
Rusia anunció una inminente reducción del volumen de gas con destino a países europeos a través de Ucrania, aunque se comprometió a seguir garantizando el suministro a sus clientes por otros medios.
El patrón del gigante ruso Gazprom, Alexei Miller, cifró en 63,5 millones de metros cúbicos la cantidad de gas «robada» por Ucrania desde el 1 de enero.
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, le preguntó en el transcurso de una reunión en Novo Ogarevo sobre sus propuestas para hacer frente a esta situación. Miller evocó la posibilidad de limitar el volumen de gas a Ucrania en un montante equivalente al «sustraido» hasta ahora y aseguró que Gazprom podría en el futuro adaptar sus suministros según los montantes detraidos.
«Comience a reducirlos desde hoy mismo», le urgió Putin.
Gazprom interrumpió desde el 1 de enero el suministro al mercado ucraniano. Pero el 80% del gas ruso destinado a Europa central y occidental sigue transitado por territorio ucraniano.
Muchos países han informado de bajadas importantes en su aprovisionamiento de crudo, como Rumanía (30%), Hungría (20%) o la República Checa (9,5%). Bulgaria ha pedido a sus grandes empresas que limiten el consumo de gas.
Inquietud en los Balcanes
Varios países de los Balcanes occidentales mostraron ayer su inquietud ante esta nueva guerra del gas. Serbia evocó la posibilidad, si la crisis perdura, de un «plan de restricción».
Croacia aseguró que ha consignado un descenso en el 7,5% del suministro de gas ruso. Bosnia mostró su preocupación por una eventual carencia de gas para calefacción en plena llegada del frío invernal.
En esta coyuntura, Gazprom ha prometido continuar suministrando gas a sus clientes sorteando a Ucrania. Miller evocó posibles rutas alternativas a través de Bielorrusia , Polonia y Turquía, e incluso la compra de gas en mercados internacionales para compensar posibles déficits en el suministro.
Una delegación formada por altos representantes de la presidencia checa de la Unión Europea y de la Comisión de Bruselas llegó ayer por la tarde a Kiev para realizar consultas. Tenía previsto igualmente encontrarse hoy «en una capital europea» con representantes de Gazprom.
No obstante, la UE trata en todo momento de evitar alarmismos. Bruselas se limitó a reconocer «irregularidades» en el aprovisionamiento de algunos de los 27 países de la Unión, aunque insistió en que «no estamos ante un peligro inmediato, porque los niveles de almacenamiento son elevados, y alcanzan entre un 70 y un 90%». Eso sí, insistió en pedir que «la disputa sea resuelta lo más pronto posible».
No parece esa la intención de Ucrania, que ha exigido que sea invalidado el acuerdo bilateral con Rusia firmado en 2006 sobre el tránsito de gas ruso por su territorio, pretensión ilegítima para Gazprom.
Viajan en el mismo coche y firman declaraciones conjuntas. El presidente ucraniano, Viktor Yushenko, y su rival, la primera ministra Julia Timoshenko, mantienen una tregua ante la crisis frente al gigante ruso Gazprom pero esta calma es provisional a tenor de la opinión de todos los expertos.
Las querellas incesantes entre ambos antiguos aliados, que colideraron la «revolución naranja» en 2004, se habían exacerbado estos últimos meses tras el agravamiento de la crisis económica mundial, que ha castigado duramente a Ucrania.
El 24 de diciembre, Timoshenko acusó al presidente de haber provocado intencionadamente la caída libre de la moneda nacional y volvió a exigir su dimisión. Yushenko reaccionó acusándola de «aventurerismo político y ansias de poder ilimitado».
La mortal explosión de un edificio residencial en Crimea el 25 de diciembre permitió una pausa en los ataques recíprocos. Pero ha sido la nueva guerra del gas la que ha sellado el final de la guerra fría entre los dos responsables políticos.
Una escasa hora después de las campanadas de Año Nuevo, emitieron un comunicado conjunto instando a Moscú a retomar las negociaciones.
Estos días, ambos dirigentes mantienen contactos regulares. No obstante, la tregua tiene fecha de caducidad ya que ambos aspiran a presentarse en las presidenciales de finales de año. Vadim Karasiov, del instituto de estrategias globales de Kiev, sitúa la actual tregua en la decisión de Timoshenko de dejar atrás su intento de acercarse a Moscú para no dejar terreno libre a su rival.