La invasión sionista sigue sembrando la muerte
Como si las plagas bíblicas se hubieran abatido sobre ella, pero no de mano divina, sino de la del sionismo que se pretende pueblo elegido, Gaza durante los últimos días es sinónimo de muerte y destrucción. Las calles de la ciudad de Gaza son escenario de duros combates entre milicianos palestinos y soldados israelíes que, según el Gobierno sionista y sus aliados de Occidente, llevan a cabo una sorprendente «operación defensiva». Se refieren a la invasión por tierra, mar y aire. Tal vez los gobiernos de Occidente pretenden lavar su mala conciencia por su pasividad ante el holocausto judío del pasado siglo. Sin embargo, difícilmente podrán lavarla con sangre palestina inocente. Claro que es posible que ni siquiera se hayan planteado problema de conciencia alguno cuando se trata de defender a su principal aliado en una zona tan delicada para sus intereses. Sólo así se entiende que reconozcan a Israel el derecho a defenderse y miren para otro lado cuando masacra a la población palestina, mientras consideran terrorismo el ejercicio del derecho a defenderse por parte de los palestinos. En todo el mundo se suceden las protestas de los ciudadanos, pero los gobiernos que tienen capacidad de frenar a Israel en su actual ofensiva y en su pretensión colonizadora no parecen dispuestos a presionar lo más mínimo al Gobierno de Tel Aviv.