Masacre israelí en Gaza
Ni agua potable, ni electricidad, ni medicinas ni telecomunicaciones
GARA | GAZA
Dramática, catastrófica, terrible. Los calificativos se quedan cortos para describir la situación en la Franja de Gaza. Las imágenes de televisión muestran el constante resplandor y el ruido de las bombas, así como densas columnas de humo. Las informaciones y testimonios que logran superar el cerco militar israelí reflejan la magnitud de la crisis humanitaria.
La ONG Save the Children, con base en Londres, alertó del riesgo de muerte por hipotermia de los recién nacidos debido a la falta de electricidad y las bajas temperaturas, que por la noche bajan a cero grados. «Necesitamos más alimentos y mantas para garantizar que los neonatos no mueran de hambre y frío», manifestó Dominic Nutt, portavoz de la organización. «Pedimos a Gordon Brown y a los dirigentes de la Unión Europea que hagan presión para decretar un alto el fuego que nos permita acceder con seguridad a la población», remarcó.
Igualmente, el doctor Shaul Dollberg, profesor de pediatría de la Universidad de Tel Aviv, resaltó que «hay un elevado potencial de hipotermia entre los menores de Gaza, en particular, entre los recién nacidos que requieren de una temperatura mayor para sobrevivir».
Se estima que alrededor de 250.000 personas se encuentran sin electricidad en el norte de Gaza. La principal planta ha dejado de funcionar por falta de suministro a causa del bloqueo.
Los hospitales tampoco están a salvo de los ataques. El de al-Awda en Jabaliya fue blanco de dos misiles israelíes que, según relataron activistas de derechos humanos extranjeros, impactaron contra «un abarrotado párking a 15 metros de la entrada del servicio de emergencias, que quedó dañada. En ese momento, las ambulancias llevaban a heridos», informó Alberto Arce, de la red de solidaridad Mewando.
En un informe detallado sobre el combustible, la electricidad y las telecomunicaciones, la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNRWA) resalta que la mayor parte de la red telefónica, tanto de líneas terrestres como de móviles, no funciona.
Los hospitales de la ciudad de Gaza funcionan exclusivamente con generadores de emergencia, que están al borde del colapso. Además, el personal médico y las ambulancias tienen problemas para llegar a los hospitales a causa del fuego continuo.
La UNRWA, por ejemplo, se ha visto obligada a cerrar 4 de sus 18 centros de salud, mientras que por segundo día consecutivo, las autoridades israelíes negaron ayer la entrada de un equipo médico de emergencia del Comité Internacional de la Cruz Roja para ayudar al personal del hospital de Shifa.
Por otra parte, Save the Children y el Centro al Mezan para los Derechos Humanos estiman que más de 13.000 personas (más de 2.000 familias) han huido de sus hogares por los bombardeos. La mayoría han buscado refugio en casas de familiares y vecinos, y aproximadamente 1.200 personas permanecen en cinco albergues de emergencia de la UNRWA y en escuelas convertidas en improvisados centros de refugiados.
El agua es otro de los recursos básicos que escasea. Alrededor del 70% de la población no tiene acceso a él. La UNRWA advirtió de que si continúa el bombardeo en Beit Lahiya, cerca de la planta de tratamiento de aguas, se pueden desbordar los tres millones de metros cúbicos de aguas residuales. «Si esto sucede, una gran parte de Beit Lahiya quedará inundada», resaltó.
Testimonios directos
«La situación es aterradora. La presión sicológica es fuerte. La situación humanitaria se está deteriorando. No hay ni electricidad ni agua. Faltan médicos cualificados para intervenciones complicadas y medicinas. Están destrozando todas las infraestructuras, entre ellas las líneas eléctricas, por lo que no tendremos acceso al teléfono, ni fijo ni eléctrico», relató Adnan Abu Hasna, director de la UNRWA en Gaza.
Amin Asfour, médico en un hospital público de la ciudad de Gaza, tenía duras palabras para la comunidad internacional, que «se ha vuelto sorda y muda. Lo único que nosotros escuchamos es el sonido de las bombas y los cohetes. Ha habido manifestaciones de apoyo, pero los gobiernos no las atienden. En la televisión han mostrado camiones con medicinas pero todavía no l0s he visto con mis ojos». Los testimonios de ambos están recogidos, junto a otros tantos, en la página web de Al Jazeera.
El presidente electo de EEUU, Barack Obama, se dijo «profundamente preocupado» aunque insistió en no intervenir «en plenas y negociaciones delicadas» de la saliente Administración.
El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, confirmó que «no hay solución militar a la crisis».
A última hora, la cadena Al Jazeera informó de la muerte de tres soldados israelíes y de que otros 30 resultaron heridos.
Las muestras de apoyo al pueblo palestino se sucedieron un día más. En Londres, por ejemplo, cientos de personas se manifestaron contra la ofensiva israelí que calificaron de «holocausto». Ante la embajada del Estado israelí en la capital británica, exigieron «el cese del holocausto en Gaza y la libertad de Palestina». «Estamos asistiendo a una masacre», denunció Haifa Philistine, una de las manifestantes, de 45 años. «¿Dónde está la justicia?», se preguntó Mohammed Omar, estudiante de 19 años. El sábado, más de 10.000 personas secundaron la manifestación convocada por la coalición Stop de War contra las operaciones militares.
Por su parte, la Policía de Egipto arrestó ayer a medio centenar de miembros de la organización Hermanos Musulmanes, el principal grupo opositor del país, que intentaban manifestarse en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo. Agentes antidisturbios les impidieron realizar la movilización. En la provincia de Dakahlia, en el delta del Nilo, las fuerzas de seguridad detuvieron a 22 personas que preparaban un viaje a la capital para asistir a la protesta. Entre ellos había cuatro importantes líderes regionales de los Hermanos Musulmanes. El lunes, la Policía arrestó en Alejandría a siete activistas, mientras que el viernes otros 20 miembros del grupo islamista fueron detenidos y desplazados a la fuerza para evitar manifestaciones masivas.
Ayer se supo además que un universitario marroquí falleció la semana pasada por las heridas sufridas durante una manifestación en Marraquech, que dejó un saldo de 40 heridos. La Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) informó que unas 4.000 personas asistieron a la marcha, «duramente reprimida». La presidenta de la AMDH, Jadiya Riadi, explicó a Efe que el estudiante de Derecho Abderrazak el Gadiri, de 21 años, resultó gravemente herido. Según los primeros informes del hospital Ibno Tofail, «recibió mucho golpes». Tanto la asociación como la familia han solicitado la apertura de una investigación judicial «imparcial».
Las manifestaciones de repulsa a las operaciones militares se sucedieron en ciudades estadounidenses como Chicago o en países como Corea del Sur, donde elaboraron una bandera palestina con el mensaje de «paz».
En Euskal Herria, un centenar de personas se concentró en Tutera para exigir que se ponga fin «a esta tragedia» y pedir a las instituciones navarras, del Estado español y de la Unión Europea «la expulsión y clausura de las misiones diplomáticas israelíes». En Arbizu, hermanado con el pueblo palestino de Marda, el Ayuntamiento aprobó por unanimidad una moción de apoyo a Gaza y condena a la ofensiva sionista, al tiempo que llamó a boicotear los productos israelíes. En Berriz, se concentraron 80 vecinos.