Ante el juicio al diálogo político
Otegi sitúa el juicio de hoy como la muestra de «la naturaleza antidemocrática del Estado»
Todo el arco político vasco excepto los denunciantes -Foro Ermua y PP-, considera un sinsentido el juicio contra Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria, Juan Joxe Petrikorena, Olatz Dañobeitia, Pernando Barrena, Juan José Ibarretxe, Patxi López y Rodolfo Ares que arranca hoy. Se trata de un proceso que casi todos los que se han pronunciado consideran político.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Llegó el día de la foto buscada. Cinco dirigentes de la izquierda abertzale -Arnaldo Otegi, Rufi Etxeberria, Pernando Barrena, Juan Joxe Petrikorena y Olatz Dañobeitia-, el lehendakari, Juan José Ibarretxe, el candidato del PSE a sustituirle en Ajuria Enea, Patxi López, y otro alto cargo del PSE y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, Rodolfo Ares, se sientan en el banquillo de los acusados del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco por hablar entre ellos.
Ésa era la intención del Foro Ermua cuando presentó sus querellas y también la del PP cuando en julio de 2006 su entonces secretario general, Carmelo Barrio, entregó una denuncia de 21 folios por la reu- nión que días antes el PSE había mantenido con dirigentes de la izquierda abertzale. A estas alturas, sólo ellos avalan un juicio que el resto del arco político considera un sinsentido, que ha sido criticado incluso por jueces y del que hace tiempo que la Fiscalía se desvinculó -pidiendo el archivo del caso y la absolución de los procesados-, como ayer se encargó de recordar el ministro español de Justicia, Mariano Fernández Bermejo
La vicepresidenta del Foro de Ermua, Inma Castilla de Cortázar, calificó como «un logro» haber conseguido sentar en el banquillo a Ibarretxe, López y Ares como «cooperantes para que Otegi concurriese en un delito de desobediencia». Ahora, advirtió, «que cada palo aguante su vela». Desde el PP, su presidente en la CAV, Antonio Basagoiti, mantuvo que «no vale intentar decir que la intención era buena, cuando lo que se ha hecho es dar bola a ETA». Le respaldó su portavoz parlamentario, Leopoldo Barreda, quien señaló que, digan lo que digan los jueces, las reuniones mantenidas por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y los dirigentes del PSE Patxi López y Rodolfo Ares con miembros de la ilegalizada Batasuna supusieron «un error político manifiesto».
Por contra, tanto las formaciones implicadas en el juicio como las restantes hicieron ayer declaraciones en las que denunciaban lo irracional del proceso. Algunas de ellas incidieron además en la carga política que hay en el hecho de que este procedimiento haya llegado hasta la fase de vista oral, lo que es calificado de «esperpéntico e intole- rable» por parte de EA, y de «penosa escenificación de un circo judicial», según EB. El sindicato ELA, por su parte, señaló que es «inconcebible» que se «criminalice» el ejercicio de ideas «absolutamente políticas» y, en este caso, «el derecho de reunión», dado que supone «un derecho fundamental que no se puede negar a nadie».
Pero las críticas no han llegado sólo desde Euskal Herria. En los últimos días tres relevantes políticos chilenos -Osvaldo Artaza, ex ministro de Salud de Chile; Andrés Palma, ex ministro de Planificación; y Pedro García Aspillaga, ex ministro de Salud- han firmado una carta en la que apoyan a Ibarretxe y califican el juicio como «una indebida injerencia de los tribunales en el quehacer político».
Desde la propia carrera judicial, el juez decano de Bilbo, Alfonso González Guija, señaló el martes que algunas actuaciones resultan incomprensibles para la ciudadanía. Más explícita fue en su día la vocal del CGPJ, Montserrat Comas, quien criticó abiertamente el proceso, como han hecho otros jueces vascos.
La Fiscalía, por su parte, pide la absolución de los acusados, al no ver delito en sus acciones. Junto con las defensas, hoy solicitará en las cuestiones previas que el juicio ni siquiera empiece.
El juicio que arrancará hoy en el TSJPV «va a sentar en el banquillo a la naturaleza antidemocrática del Estado español». Así lo cree Arnaldo Otegi, encausado en este juicio y que compareció ayer ante los medios para alertar de que el objeto de este proceso es también «criminalizar la negociación y el diálogo político». En una comparecencia en que la expectación mediática fue enorme, Otegi llamó la atención en torno a la «gravedad política» que acarrea que hechos como dialogar, hablar o buscar soluciones sean «perseguibles» en el Estado español, ya que a su entender, eso es lo que se pretende trasmitir desde los tribunales españoles con este tipo de actuaciones.
Como han hecho otros agentes, Otegi tildó el juicio de «kafkiano» y «esperpéntico» y consideró que un proceso así es impensable «en otras latitudes europeas». Sin embargo, el militante independentista no se mostró sorprendido por la celebración de este juicio, ya que «la naturaleza profundamente antidemocrática y la escasa cultura democrática del Estado español lo hacem posible».
Echando la vista atrás, Otegi recordó que el origen de la actual situación se remonta a hace tres décadas, cuando el Estado español afrontó la llamada «transición» sustentándola en tres pilares: «La Constitución, la división territorial y la falta de soberanía del pueblo vasco».
Durante este periodo, Otegi acusó al Estado español de «emplear la fuerza y la coacción para imponer un diseño antidemocrático», a falta de razones democráticas. Enumeró instrumentos represivos como los encarcelamientos y las ilegalizaciones, y así llegó hasta la Ley de Partidos, en la que se sustenta la vista oral que empieza hoy.
Otegi destacó la «paradoja» que supone que estén sentados en un mismo banquillo «los que hicieron la Ley de Partidos», «quienes dicen que no la apoyan pero se benefician de ella» y «quienes la hemos padecido». «En este juicio se podrá comprobar lo absurdo del conjunto represivo», indicó Arnaldo Otegi al respecto.
El dirigente abertzale -que compareció arropado por militantes independentistas como Tasio Erkizia, Arantza Urkaregi, Txelui Moreno o Shanti Kiroga- no dudó en alertar de que lo que se pretende juzgar es el diálogo y la negociación política, y estimó que eso «llamará la atención de los medios internacionales que acudirán a la vista».
Pese a todo, Otegi se mostró convencido de que «de alguna manera se ha derrotado el diseño antidemocrático» en Euskal Herria y apuntó que la mayoría popular «aspira a superar este diseño y a construir un futuro en términos democráticos». En este sentido, aseguró que nada ha variado en los últimos años en la situación política del país, y advirtió al Estado español que el problema lo sigue teniendo «con todo un pueblo que quiere decidir su futuro y no con unas siglas». «Votar y decidir libre y democráticamente el futuro. Ésa es la gran alternativa», subrayó convencido.
Detalló que al conflicto no se le puede hacer frente «con tribunales, ni con ejércitos» y auguró que llegará el día en que «desde una mesa de negociación y aceptando democráticamente que es la voluntad popular la que delimita el futuro político e institucional» se dé salida a esta situación. «Tarde o temprano se tiene que producir, porque todo el mundo sabe que los problemas políticos se resuelven en términos políticos», sentenció al respecto.
Otegi precisó que eso será exactamente lo que la izquierda abertzale reivindicará también desde el banquillo de los acusados: «La necesidad de articular un proceso democrático que cierre este ciclo antidemocrático mediante el diálogo y la negociación política». Oihana LLORENTE
Oraingoan ez du mobilizaziorik egingo EAJk. EBBk adierazpen baten bidez azaldu zuen bere jarrera, eta horretan agertu duen kezka nagusia «auzipetuen duintasun instituzionala» bermatzea da. Zortzi akusatuen artean bat baino ez du aipatzen idatziak: Juan Jose Ibarretxe lehendakaria. «Beste ordezkari politiko batzuk» esamoldea erabiltzen du gainerako zazpi auzipetuak aipatzeko.
Ezer baino lehen, «epaiketa ez litzateke inoiz burutu beharko, ezta auzipetuen prozesamendua onartu ere», dio adierazpenak. Iñigo Urkullu EBBko presidenteak irakurri zuen Sabin Etxean, eta ez zuen galderetarako tarterik utzi. «Justizia erakundeen eta kritikak jasotzen dituzten beste botere publiko guztien eskumenak eta prozedurak guztiz errespetatzen ditugun arren, zentzugabekeria larria iruditzen zaigu elkarrizketa politikoa erruztatuen aulkitik egitea; horixe baita auzipetu guztiek egin zutena», gaineratu zuen.
Ibarretxeren irudiari egin dakiokeen kalteaz zera dio adierazpenak: «Bereziki larria eta esanguratsua da herrialde bateko erakundeen ordezkari nagusia epaitzea, bidezko helburu bat lortzeko beste ordezkari batzuekin publikoki biltzeagatik. Bi arrazoirengatik da larria. Batetik, hasitako prozesu horrek eskubide eta betebeharrak mugatzea eragin dezakeelako. Bestetik, arrazoi sinbolikoagoa izan arren, bestea bezain larria dena, erruztatuen aulkian presidente-lehendakari demokratiko bat eserarazita, nolabait erakunde-sistema osoa epaitzen delako, eta horrek urduritasuna, frustrazioa eta irain sentimenduak sortzen dizkiolako gizartearen zati handi bati».
«Auzitegiaren lana baldintzatzeko inolako asmorik ez» duela nabarmendu ondoren, «duintasun instituzionala errespeta dezatela» eskatzen du Euzkadi Buru Batzarrek, bai eta «epaiketa ez dadila galbiderako ikuskizun bilakatu. Finean, ez dezatela Euskadiko erakundeen aurka eta horien legezko ordezkarien aurka erabili. Auzi hau guztiz zentzugabea bada ere -berriz esango dugu-, gutxienez, berdintasuna eta proportzionaltasuna oinarri hartuta gauza dadin nahi dugu, bai eta kaltetuen bizitza politikoan eta ohorean ahalik eta ondorio gutxien izatea ere».
Auziaren muinari -elkarrizketa politikoei hain zuzen ere- adierazpenaren atal bat baino ez dio eskaintzen alderdi jeltzaleak, eta asko sakondu gabe: «Ez dugu zalantzarik, Ibarretxe lehendakariak egin behar zuena egin zuen. Eta egin zuena, legezkoa izateaz gain, lehenik eta behin, betebeharra zen. Herrialde honetako aginte gorena den aldetik duen betebeharra. Elkarrizketa politikoaren bidez, bakea eta Euskadirentzat normalizazio politikoa bilatzea erakundeek eta alderdiek Euskadiko herritarrekin duten zorra da». GARA
Por parte del PSE es evidente el afán de quitar importancia a este juicio oral y de afirmar que la Justicia debe decidir libremente. Sin embargo, a unas horas de sentarse en el banquillo uno de sus dos imputados, el secretario de Organización, Rodolfo Ares, quiso dejar claro que no se arrepiente de haberse sentado con la izquierda abertzale.
«Tengo que decir con toda sinceridad que si tuviera que repetir las circunstancias, volvería a hacer lo mismo, entre otras cosas porque si no lo hubiera hecho no hubiera podido mirar a los ojos de los familiares de las víctimas sabiendo que podía haber hecho algo para que el proceso de paz avanzara», declaró Rodolfo Ares en declaraciones a la Cadena Ser.
Dicho esto, el líder del PSE acusó al PP de tener una actitud «irresponsable y mezquina» por «pretender llevar la política a los tribunales». Más aún cuando, según recordó, un día antes de la reunión del 6 de julio de 2006 un juez -Baltasar Garzón- avaló expresamente la legalidad de aquella iniciativa.GARA
