Todo empezó cuando hace dos años la directora Isabel Coixet vio en el mercado de pescado de Tokio a una mujer muy guapa que no quería ser fotografiada limpiando la sangre de unos atunes. Ahí nació la idea que acabaría derivando en el rodaje que comenzó el pasado mes de noviembre en Japón y que acabará hoy en el barrio barcelonés de Gràcia bajo el nombre de «Mapa de los sonidos de Tokyo». Según la propia directora, se trata de un «thriller romántico y sentimental» y de la narración de una historia «absolutamente marciana».

Coixet presentó ayer junto a Sergi López y la actriz japonesa Rinko Kikuchi este nuevo rodaje que valoró como una «aventura extraordinaria» y que, dentro de su filmografía, la situó como «la más dramática de todas». La protagonista es Kikuchi, una chica solitaria, de aspecto frágil, que compatibiliza dos trabajos muy diversos, ya que habitualmente pasa el día en una lonja de pescado aunque de forma esporádica recibe encargos como asesina a sueldo. Junto a ella, Sergi López da vida a David, un catalán con negocio de vinos en Japón. Completan el reparto el japonés Min Tanaka como narrador que, a la vez, es un ingeniero obsesionado por los sonidos. Coixet creó este personaje a raíz de conocidos suyos que graban los ruidos que oyen en sus viajes alrededor del mundo. Por último, también están Manabu Oshio y Hideo Ishida.

Según López, su participación en este proyecto «ha sido un chollo». Resaltó que se trata de una historia arriesgada y nada convencional, que parte de un guión «muy, muy bien escrito». También subrayó la «escritura sexual» del guión, «lo que se echa en falta a menudo». Por último, ensalzó el trabajo de Kikuchi. Ella, por su parte, se mostró satisfecha de haber participado en un proyecto «europeo» y aseguró que el guión de la película es muy poético.

Coixet, por su parte, reconoció que a pesar de que no hay momentos de cama la película sí que tiene escenas sexuales, «porque son claves para conocer por qué los personajes de Sergi y Rinko, tan diferentes, acaban sacando chispas».

La directora reconoció que está fascinada por Japón desde muy joven gracias a las obras de Banana Yoshimoto y las lecturas de Yukio Mishima. Asimismo, aseguró que su interés por el país asiático creció cuando descubrió las novelas de Haruki Murakami, a quien actualmente ha tenido la oportunidad de conocer en persona.