Nadia Hawari Berriozabalgoitia Bilbo
Tras el gatillo, el resto del mundo
Sin dejarles tiempo para llorar a sus muertos ni de velar por los que siguen «vivos». En un lado el pueblo palestino, y tras el gatillo, el resto del mundo, ya que no hay gran diferencia entre el que aprieta el gatillo y el que a su vez le justifica. Un día más, pasivos, miramos atónitos tras la pantalla de nuestro televisor esa masacre que se lleva sucediendo hace 60 años con la que un día fue Palestina.
Nuevo día de genocidio, del holocausto palestino que hoy bautizan con el nombre de operación «Liderazgo Sólido», con centenares de personas muertas y miles heridas, muchas de ellas de gravedad. Este es sólo el principio, el primer paso de su represalia a unos cohetes lanzados desde el otro lado del muro, y cómo no, nadie esperaba más de los altos dirigentes internacionales, llámese ONU, EU, EEUU, España ó países árabes..., que su respaldo justificando esta sangría perpetrada por Israel, con afirmaciones tan espeluznantes como: es causa de irresponsables provocaciones por parte de palestinos. Pero, ¿de qué demonios estamos hablando?, por un momento consiguen hacernos creer que asesinar a civiles indiscriminadamente puede estar justificado dependiendo de tu nacionalidad. Ya no creo en los derechos humanos, esos derechos que cambian a su antojo, estamos a merced de dirigentes, Los Señores de La Guerra, que tienen las manos manchadas de sangre por haber asesinado a menores, mujeres, hombres y ancianos, a cambio de poder político, ganar dinero y mantener alianzas, y ¿nos llamamos civilizados? y presumimos de nuestro primer mundo y que somos muy progres?
Ya sólo queda rogar que dejen de intentar manipularnos. Ahora incluso se han atrevido a decir que Israel ha hecho todo lo que ha podido para mantener la tregua, definamos pues su frase: robar tus tierras fértiles para que no puedas cultivar, asediarte, cortando los suministros de luz y de agua potable, toques de queda, prohibir las entradas de todas las ayudas de ONGs internacionales, no permitir cubrir las necesidades básicas, como la alimentación, medicamentos, educación... no permitir la libre circulación... todo esto en un espacio físico cerca de 4.000 de personas por Km2, mientras el mundo mira impasible, un lugar en el que si no mueres por las condiciones infrahumanas en las que vives, mueres por la asfixia del estado sionista. Y ahora ¿qué dirán para intentar hacernos creer que es una opción de vida digna que no quieren aprovechar los palestinos que «viven» en gaza? Parece imposible en la era en la que vivimos estemos permitiendo este campo de exterminio.