Motor Hallan el cadáver del francés Pascal Terry
Primera muerte en el nuevo Dakar participantes, espectadores, periodistas, policías...
La organización perdió el pasado domingo el contacto con el motociclista galo. Se desconocen las causas del fallecimiento.
Imanol INTZIARTE | DONOSTIA
El Rally Dakar ha abandonado África para cruzar el Atlántico y disputarse, por vez primera, en tierras de Argentina y Chile. Pero el cambio de escenario no ha servido para escapar de su faceta más trágica, que parece inherente a esta carrera.
En la madrugada de ayer -hora de Argentina- era hallado el cadáver del motociclista francés Pascal Terry, de 49 años y que debutaba en esta competición. Según el recuento de France Press -explicitado en la parte inferior de esta página-, es la víctima mortal número 52 en las casi treinta ediciones disputadas, aunque la propia agencia asume como muy probable que algunas muertes por atropello en tierras africanas no hayan trascendido y, por ello, no hayan sido contabilizadas.
Se desconoce, hasta la realización de la autopsia, el motivo del fallecimiento del piloto francés, desaparecido el pasado domingo en la etapa entre las ciudades argentinas de Santa Rosa y Puerto Madryn. Según la organización, estaba «en un lugar de muy difícil acceso en medio de una vegetación muy densa a unos quince metros de su moto. Se había sacado el casco y se refugió a la sombra, disponiendo de comida y alimentos encontrados cerca de él».
En su último contacto por radio, Terry había avisado de que tenía problemas de combustible. Una hora después no respondió a un mensaje de los organizadores y se inició su búsqueda.
Por su parte, continúan graves y en coma inducido -del que se preveía sacarles hoy- el piloto inglés Paul Green y su copiloto Matthew Harrison, quienes volcaron el pasado sábado en la primera etapa y desde entonces permanecen internados en una clínica de Santa Rosa. Ayer, cuatro motociclistas sufrieron heridas de diversa consideración.
Pablo Rodríguez y Diego Vela, integrantes del equipo Salgar Navarra Dakar, tuvieron que decir adiós a la prueba tras sufrir un problema con el repostaje del combustible y no conseguir arrancar su vehículo, un Herrator HR1-D.
Varias decenas de miembros de grupos ecologistas se manifestaron ayer en Santiago para denunciar tanto los daños ambientales que produce esta carrera como las muertes que causa entre participantes, integrantes de la caravana y personas que han sido atropelladas por alguno de los vehículos.