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Antony Hegarty evoca a la madre Naturaleza en «The crying light»

Con su segundo álbum «I am a bird now», Antony Hegarty, líder de Antony and The Johnsons, deslumbró al mundo por su sobrecogedora voz. Ahora este artista transgénero y andrógino publica un nuevo trabajo «The crying light», que saldrá a la venta en todo el mundo el próximo día 19 y con el que recalará el 5 de mayo en Donostia. Este cantante prodigioso ha conquistado a medio mundo con sus emocionantes composiciones.

GARA | MADRID

El nuevo álbum de Antony and the Johnsons será presentado en una larga gira que arrancará el 2 de febrero en Filadefia, para llegar a Europa a mediados de marzo. El 9 de abril estarán en París y de ahí viajarán a Barcelona (15 de abril), para recalar el 5 de mayo en el Kursaal donostiarra. Como explica Antony Hegarty, su nuevo trabajo ha tenido una inspiración clave: «Mi relación con el medio ambiente, mi creciente sentido de que quiero atesorar el mundo que me rodea, de que en la Naturaleza encontraré una relación que me sostendrá porque ella es mi madre, estoy hecho de sus elementos, de sus minerales, de su aire, de su agua».

Y es que probablemente en la propia Naturaleza Antony ha encontrado la aceptación que en su adolescencia no le ofreció una sociedad que, por ser una persona transgénero -tiene cuerpo masculino y una mente femenina, explica-, le marcaba como a un ser extraño.

Cubierto de diamantes

Crecido en California, con 19 años se marchó a Nueva York, donde emprendió una carrera actuando en los after hours y en los cabarets, mientras su peculiar voz iba conquistando a grandes de la música como Lou Reed, quien le invitó a cantar en algunos de sus conciertos y grabaciones. En el 2005, con «I am a bird now», logró su sueño, tener un gran público y que su música fuera tan valorada que ha llegado a formar parte de películas, como de la banda sonora de «La vida secreta de las palabras» de Isabel Coixet, de anuncios de perfumes, y hasta interpretada por la Orquesta Sinfónica de Londres.

«Es un milagro, es probablemente la primera ventana para una persona como yo. No podía creer que pudiera cantar canciones que escribí cuando tenía veinte años, como `Cripple and the Star Fish', con una gran sinfónica. Parecía como si hubieran cogido mi fragilidad y la hubieran cubierto de diamantes». Pero asegura que, aparte de haber perdido cierta tendencia a la autocompasión, el éxito no le ha transformado porque mientras se producía «yo estaba en casa haciendo mi colada. El éxito me ha demostrado que estaba haciendo lo que tenía que hacer, me siento más seguro. Pero no quiero tomar nada por sentado, las cosas cambian todo el rato».

Dice que ahora sus sueños serían «cantar `Feliz cumpleaños' al nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, porque quiero apoyarle con todo mi corazón» y también cantarle al Papa, aunque en este caso no sabe que tema elegiría. «Sería una canción secreta, deletreada, invisible, para llevarle hacia los sentimientos. Para preguntarle por qué intenta controlar las experiencias de todos, de atemorizar a todos y por qué él y su Iglesia no nos ayudan, por qué no se ponen al servicio de lo femenino, de su madre, de su abuela, de la Tierra, de lo que les ha hecho nacer».

Sorprende cómo este artista corpulento se relaciona con su voz: «Siempre he luchado con mi voz al hablar, no me gusta mucho. Cuando era niño, y aún me pasa, siempre intentaba imitar la voz de la gente con la que hablaba. Cuando cantas es distinto, porque estás en una alfombra voladora, pero yo, cuando escucho mis grabaciones, me pongo a dormir. Me cuesta estar despierto escuchando mis canciones».

«Another world», «Daylight and the sun», «Everglade», «Dust and water» o «Aeon» son algunas de las canciones de su nuevo álbum, en cuyos arreglos ha colaborado Nico Muhly, quien ha trabajado con artistas como Björk o Philip Glass. «Quería que fuera muy íntimo, con el piano y la guitarra en el centro y que a su alrededor se abriera un bosque de posibilidades», explica el cantante, que asegura que la Naturaleza es tan grande que «yo sólo puedo bailar en las sombras de la Tierra» para expresar que «todo es una perfección del mundo natural».

SU VOZ

Antony es un cantante andrógino y excepcional, una persona marcada por la sociedad como un ser extraño, algo que, sin duda, ha influido en la fragilidad que su voz y su música desprenden.

IDENTIDAD

«Mi identidad sexual es sólo una parte de mi naturaleza, como el color de mis ojos o de mi pelo», dice tras asegurar que tiene más en común «con un transexual de Irak que con un soldado americano».

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