Militantes de Eusko Alkartasuna de Muskiz no ocultan su malestar por la postura que finalmente parece van a adoptar sus ediles respecto a la planta de coque que Petronor pretende construir en su refinería. El origen de las discrepancias hay que buscarlo en una decisión adoptada en la última asamblea local de este partido, en la que se decidió que sus cuatro concejales no impulsarán la presentación de un recurso a la Autorización Ambiental Integrada (AAI) del Departamento de Medio Ambiente de Lakua y además permitirán que se otorgue la licencia municipal de actividad y obras a la polémica Unidad de Reducción de Fueloil (URF).

A partir del acuerdo, la militancia de EA de Muskiz ha vivido y vive jornadas de convulsión, en las que los anuncios de abandono de la formación de Unai Ziarreta se han ido sucediendo aunque, según fuentes consultadas por GARA, no se han materializado. Entre los militantes descontentos con la decisión adoptada se apunta al segundo teniente alcalde y delegado de Medio Ambiente, Marcos Cuco.

Cuco, que ha participado activamente en la Coordinadora Anti-Coke desde su creación aunque pasó a un segundo plano tras asumir en 2007 tareas de responsabilidad en el equipo de gobierno EA-PSE, negó ayer a este diario que haya dimitido y que se haya hecho efectivo el abandono de militancia de otros compañeros. «Por prudencia, no puedo hablar», afirmó el edil, que aventuró que la próxima semana «podré decir algo al respecto».

La cautela con la que se manifestó el corporativo choca con los pronunciamientos públicos de otros de sus compañeros, indignados por el cambio de postura que pueda adoptar EA de Muskiz respecto a la nueva planta de Petronor. No tiene una papeleta fácil la formación que lidera Ziarreta, que vería cómo se debilita una de sus plazas fuertes en Bizkaia a las puertas de las elecciones autonómicas, en las que concurren en solitario. Además, en caso de dimisión de alguno de los concejales, el relevo no sería fácil después de tres abandonos motivados por el «apartheid» a la izquierda abertzale y el anuncio del resto de la lista de candidatos de no tomar posesión del cargo.

Precisamente, está a punto de cumplirse un año de que los votos de este partido lograran un acuerdo plenario municipal contrario a la URF por «el perjuicio para el medio ambiente y la salud» de los vecinos de Meatzeta y su entorno. La moción planteó, asimismo, que el Consistorio no otorgase ninguna licencia a la compañía que preside Josu Jon Imaz y que iba a revisar los permisos concedidos para dejarlos sin efecto si se detectaban irregularidades.

Al conceder en mayo de 2008 el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Gasteiz, dirigido por la consejera de EA Esther Larrañaga, la AAI «diferida» al conjunto de la refinería, desde este partido se anunció que no iban a presentar recurso contencioso administrativo, al contrario que la Coordinadora, aunque avanzaron que lo harían en el caso de la planta de coque.

El 21 de noviembre se informó de que Lakua daba a la empresa petrolera su autorización ambiental, aduciendo que «el proyecto se ajusta a las exigencias» de la legislación europea e incidiendo en que «no es una concesión arbitraria», sino un procedimiento reglado. Así, el departamento que dirige Larrañaga abrió la puerta para que Petronor solicitase las licencias de obras y de actividad, que le fueron denegadas en julio por no disponer de la AAI.

Desde entonces las peticiones de la petrolera están encima de la mesa del alcalde, Gonzalo Riancho, y han generado roces entre EA y PSE en el equipo de gobierno. El desencuentro se escenificó el 11 de diciembre, cuando los concejales de Eusko Alkartasuna se quedaron solos en la defensa de una consulta popular. Los votos en contra del PSE y la abstención del PNV impidieron un acuerdo plenario para que el Ayuntamiento la convocase. Lo harán los vecinos.