Atentado en Hernani
Lakua califica la explosión de Hernani como «cebo» para un doble atentado a la Ertzaintza
La bomba que estalló de madrugada contra el repetidor de Hernani sería sólo un «cebo», según la Ertzaintza. Este cuerpo halló ya de día dos mochilas que define como «bombas-trampa» contra sus agentes. Ninguna estalló.
GARA | DONOSTIA
La Ertzaintza afirma haber evitado un nuevo atentado-trampa de ETA contra sus agentes, en esta ocasión con carácter doble. A lo largo del día de ayer, sus especialistas mantuvieron cerrado el acceso al monte Santa Bárbara de Hernani, donde de madrugada había estallado un artefacto explosivo que tuvo como objetivo al repetidor de televisión, y dieron cuenta del hallazgo de dos explosivos. Dijo que estaban unidos a cables tendidos en torno al camino por el que habrían pasado las patrullas para llegar a la cima. Aseguró que uno de ellos en concreto buscaba provocar «una masacre» por su composición y el lugar en que estaba ubicado. Y expuso la hipótesis de que la intención de los atacantes fuera provocar explosiones-trampa consecutivas con resultados mortales.
Antes de que todo ello se fuera detallando, en un primer momento el Departamento de Interior de Lakua destacó que en la zona habían aparecido tres pequeños carteles y una pintada con la siguiente inscripción de alerta: «Kontuz bomba ETA». En las posteriores notas de prensa no se incluyó este dato.
Primero en el repetidor
La Ertzaintza no expuso duda alguna de que las bombas iban destinadas a atentar contra «los primeros agentes que acudieran al lugar tras la explosión del repetidor». No se explicó si los artilugios no estallaron por algún fallo o bien porque fueron percibidos por la Ertzaintza, que había decidido posponer la inspección del lugar hasta el amanecer en lugar de acudir a Santa Bárbara de madrugada, «ante la posibilidad de que pudiera haber algún tipo de trampa».
La explosión en el repetidor se había producido en torno a la 1.00, sin aviso previo. No produjo daños personales, al ubicarse en una zona de monte sin viviendas alrededor, pero sí importantes desperfectos en el interior y el exterior del edificio. La bomba contenía unos ocho kilos de amonitol.
El impacto fue sentido por numerosos vecinos y provocó daños materiales, además de dejar sin señal de televisión ni cobertura telefónica a algunas zonas de Hernani. Para la Ertzaintza, sin embargo, se trataba solamente de un «cebo» para otro objetivo: «Atraer a los agentes al lugar».
Siempre según esta fuente, ambos artefactos estaban ubicados a pocos metros de la cumbre, y conectados a sendos cables de pita que pasarían por el camino de acceso, ocultos bajo la hierba.
Temporizador a las 3.30
El departamento que dirige Javier Balza detalló que la primera bomba hallada «se encontraba oculta en el interior de una mochila a unos diez metros del camino de acceso a pie al repetidor y conectada a un cable que cruzaba dicho camino. El sistema de activación habría hecho explotar la bomba si alguno de los agentes hubiera tropezado con el cable, alcanzando sin duda a los ertzainas».
Este primer artefacto estaría en un recipiente metálico y constaría de ocho kilos de explosivo (probablemente amonitol), según afirmó la Ertzaintza.
Poco después trascendía el hallazgo de un segundo artefacto que fue el que más alarma suscitó finalmente a la Ertzaintza. La primera estimación de la Unidad de Desactivación hablaba de unos cuatro kilos de explosivo, aunque la cantidad se elevó luego a diez kilos y se añadió que había otros dos de metralla. «Se encontraba también conectada a un cable de pita como en el caso anterior, pero además contaba con un temporizador preparado para hacer explosión a las 3.30 de la madrugada, que por causas que se investigan no ha funcionado», indicó la nota hecha pública a última hora de la tarde.
La Ertzaintza no ocultó su preocupación por este segundo hallazgo. Indicó textualmente que «por su composición y el lugar donde estaba ubicada, el objetivo de la bomba-trampa era ocasionar una masacre entre los ertzainas y resto de servicios de emergencia que hubieran acudido al lugar, en el caso de haber alcanzado su objetivo la primera de las bombas-trampa».
Levantado el operativo
Desde el mediodía hasta media tarde se especuló además con la posibilidad de que hubiera un tercer artefacto en las inmediaciones. Fue ya entrada la noche cuando la Ertzaintza lo desmintió y comunicó que había levantado el dispositivo de búsqueda sin encontrar nuevos artefactos.
Antes de ese momento y durante toda la jornada, nadie pudo acceder a Santa Bárbara, ni siquiera los medios de información para obtener imágenes a distancia de la explosión y de la zona. Cuando pudieron hacerlo, era ya de noche.
Antes de informar de las dos mochilas, Interior de Lakua afirmó que en el camino de Santa Bárbara se habían encontrado letreros y una pintada de alerta, con el lema «Kontuz bomba ETA».
El Gobierno de Lakua tildó lo ocurrido de «intentos de asesinato» en su nota de condena. Al hilo de ello, mostró su apoyo a la Ertzaintza «como institución al servicio de la sociedad vasca» y felicitó además a los mandos de la Policía autonómica y a la dirección del Departamento «por la excelente gestión que viene haciendo de este tipo de crisis provocadas por la barbarie terrorista de ETA».
La nota del Gobierno de Juan José Ibarretxe se dirige además a lo que define como «izquierda abertzale radical», a quien exige que «se sume a esta condena si quiere tener alguna legitimidad moral para poder representar a un sector de la ciudadanía». Algo similar hicieron otros partidos o grupos municipales, especialmente el del PSE de Hernani, que se dirigió de forma muy concreta a la alcaldesa de la izquierda abertzale, Marian Beitialarrangoitia.
Los sindicatos con representación en la Ertzaintza mostraron su denuncia y su preocupación por la situación creada. ELA expresó su «firme» rechazo de la acción y habló de «hecho reprobable desde todos los puntos de vista» que «atenta contra los derechos más elementales de las personas y que no aporta sino dolor, crispación y enfrentamiento».
ErNE fue más allá de la repulsa y alertó de «la necesidad de mantener y extremar las medidas de seguridad». Como ya ha hecho en otras ocasiones, emplazó al consejero, Javier Balza, a atender sus reivindicaciones en este terreno, y habló de «hartazgo» de los ertzainas «obligados a asumir el papel de víctima» que «les han asignado sus responsables políticos».
Para este sindicato, resulta imprescindible que la Ertzaintza «lleve la iniciativa» ante ETA, ya que considera que ahora «está a la expectativa de reaccionar ante sus actividades».
En un tono similar, el sindicato ESAN de la Ertzaintza advirtió a ETA de que los policías autonómicos «no dejarán que campen a su libre albedrío». Considera que estos atentados son una prueba de que «nuestro trabajo se realiza de forma efectiva».
