Judo
«No todo el mundo disfruta con lo que hace y a mí me encanta el judo»
JUDOKA
Licenciada en Empresariales y desde hace unos días asomada a la pequeña pantalla en un reality show, esta deportista de Algorta es sobre todo judoka, una disciplina que lleva ejerciendo prácticamente toda su vida. A los 4 años vistió su primer quimono y casi con 29 -los cumplirá el próximo día 24- se mantiene ininterrumpidamente sobre el tatami. El judo es su prioridad.
Miren SÁENZ |
Bajo la denominación de Yahaira, nombre indio americano que significa «hija del sol», hay una mujer dedicada al judo en cuerpo y alma. Encuadrada en la categoría de -57 kilogramos, la misma que Isabel Fernández, la vizcaina ha vivido a la sombra de la que fuera campeona olímpica relegada a competiciones menores. Ahora podrá jugar en Primera División.
La retirada de Isabel Fernández, de la que ha sido reserva, ¿cómo va a influir en su vida?
Desde que tengo 20 años, ella ha sido como mi tapadera. Desde la Olimpiada de 2000 -los Juegos de Sydney- me ha tocado estar atrás. Yo tengo que seguir haciendo mi trabajo y centrarme en lo mío. Antes también lo hacía. Ahora ya no va a estar Isabel Fernández, pero sigue habiendo más gente. Tengo que sacar mis competiciones e ir ganando combates.
Ejercer de suplente de una mujer que se ha mantenido 16 años en la élite no tiene que resultar fácil.
No es fácil, pero la situación era esa, así que hay que asumirla y tirar para adelante. Si no eres fuerte terminas dejándolo. Eso ha pasado en otros pesos. Pensaba que podría superarla pero no ha sido así. Se ha retirado y yo seguiré mi camino.
Ha logrado el oro en los Campeonatos de España en todas las categorías -infantil, cadete, junior y absoluta-. También venció en las Olimpiadas juveniles de 1995, ha sido doble subcampeona mundial universitaria y ha brillado en la Copa del Mundo. Pero en Juegos y Mundiales absolutos, las segundas se quedan en casa.
Esto no es como el fútbol en el que los suplentes también viajan. Aquí eres suplente hasta que los primeros se suben al avión, luego tú te quedas en casa. Eso es duro. A Beijing me busqué la vida y fui por mi cuenta. He vivido una situación complicada, lo he llevado a mi manera pero no he renunciado porque el sueño de cualquier deportista es ir a unos Juegos Olímpicos y seguiré luchando por ello.
¿No hubiera sido mejor engordar unos kilos y competir en la categoría de -63?
Con mi preparador físico y mi entrenador Agustín López de Letona lo estuvimos mirando. Pero no es simplemente engordar. Tienes que estudiarte a todas las rivales del siguiente peso y el tipo de judo es diferente. Si lo hubiéramos hecho hace 2 ó 3 años igual sí, pero en el último año, que es cuando se planteó, pensé que no iba a dar resultado.
Por cierto, lo de la báscula es serio, porque sí pesas de más te descalifican. ¿Qué tal lo lleva?
Tienes que dar entre 52 y 57. Me encanta comer, disfruto y así estoy peleando. Tengo dos competiciones, una contra la báscula y otra contra la que tienes enfrente. En Navidades ha sido horrible, todo el mundo comiendo y yo conteniéndome pensando en el circuito de finales de enero.
Con el camino algo más despejado podrá centrarse en Londres 2012. ¿Cuál es el plato fuerte de la temporada?
Han cambiado el sistema en el que puntuaban las competiciones de los dos últimos años para ir a los Juegos. Ahora es diferente porque van a hacer un ranking mundial y empezamos desde enero a puntuar. Pero sí, durante los próximos cuatro años voy a seguir centrada en esto. Y éste espero clasificarme para el Campeonato del Mundo y de Europa. Dicen que la edad idónea de una judoka está entre los 28 y los 32.
¿Requiere dedicación exclusiva?
No sé ni cuantas horas le dedico. Cuatro o cinco de preparación física. Unos días me toca correr, otros pesas o circuitos técnicotácticos, gimnasio, más el tiempo que metes en casa mirando vídeos, analizando combates. Además estoy con el doctorado.
Luego también imparte clases a chavales.
Y me lo paso como una enana. Me gusta enseñarles. Tengo dos grupos, uno de 4 a 7 años y otro de 8 a 12. A algunos les gusta competir y a otros hacer deporte. Son majísimos y se portan genial, aunque algún día vengan cruzados.
¿Qué significa para usted el judo?
Es parte de mi vida. Me ha dado mucho. He viajado un montón y he conocido a mucha gente. Muchos de mis amigos son judokas. Es un estilo de vida y el gimnasio es como mi familia.
Casi 25 años sobre el tatami. ¿Cómo consigue motivarse?
Cuando compito me gusta darlo todo. No todo el mundo disfruta con lo que hace y a mí me encanta el judo.
¿Qué requiere este deporte?
Sacrificio. Pero es bastante completo. En el combate la concentración es básica, además de potencia, agilidad y técnica. Hay que tener la cabeza fría.
¿Qué es lo más duro qué le ha pasado físicamente?
Las dos operaciones por las que pasé. Luego en combate hay de todo. Patadas, golpes, a mí no me ha tocado nunca pero hay hasta mordiscos. Es como en el fútbol, si el árbitro no lo ve...
¿Qué tal le ha ido en «El conquistador del fin del mundo»?
He ejercido de capitana con Eneritz Iturriaga, Juanito Oiarzabal y Korta. Me llamaron de ETB y la tele me dio cosa, pero luego ha resultado una aventura y una experiencia increíble -el programa ha sido grabado en Patagonia-. Es la primera vez que participo en un reality show, pero a un Gran Hermano no iría. En éste me lo he pasado bomba y no pienso desvelar nada, lo he prometido.