Liga ACB
Martin Rancik, el hombre de las buenas segundas partes
El eslovaco llegó a Bilbo a mediados de la temporada 2005/06 y ahora es el revulsivo del Estudiantes.
Arnaitz GORRITI | BILBO
Dice el adagio que segundas partes nunca fueron buenas. Siempre hay excepciones, como por ejemplo la segunda parte de la saga cinematográfica El Padrino, aunque por regla general es difícil que la original sea superada por su sucesora. No es fácil dar con la tecla, pero, en lo que a baloncesto se refiere, Bilbao Basket sabe bastante bien lo que supone encontrar un remiendo. Porque, si segundas partes resultan buenas, bienvenidas ellas.
Esta introducción viene a colación por el encuentro que jugarán este mediodía en La Casilla Iurbentia Bilbao Basket y MMT Estudiantes. No sólo por el estreno de Markota entre los hombres de negro, sino por la visita del eslovaco Martin Rancik, cuya llegada a la capital vizcaina, allá por la segunda mitad de la temporada 2005/06, supuso apuntalar el proyecto bilbaino en la Liga ACB.
Después de 19 jornadas, el conjunto bilbaino estaba en una peligrosa mala racha, estancado con ocho victorias. Mientras, el ala-pívot de Nitra venía de ser cortado por lesión del Olympiacos del Pireo dos meses antes. De hecho, el eslovaco vivía un calvario particular con los problemas físicos, especialmente cuando una arritmia hizo que debiera abandonar la disciplina del Climamio de Bolonia en la temporada 2004/05.
Tanto el club como el jugador se necesitaban, y de la mutua necesidad, nació un bonito idilio que sirvió para que el conjunto bilbaino salvara una segunda temporada en la ACB en la que no pudo respirar sino hasta el último partido. Por cierto, aquel partido contra el Pamesa tuvo en Rancik a su principal estrella, ya que anotó 21 puntos y capturó cinco rebotes. En esos 15 partidos, Rancik promedió 12 puntos y 3 rebotes.
Escalada de Estudiantes
Una vez más, las lesiones lo lastraron en su campaña final en Bilbo. En su último partido en La Casilla, se lastimó la seriamente rodilla, de modo que tuvo que ser cortado.
Fue el Estudiantes quien se llevó al eslovaco para esta campaña, pero le costó aparecer. No fue hasta el quinto partido, y de ahí hasta el duodécimo, baja otra vez. No ha tenido una primera vuelta fácil el de Nitra, pero ahora, justo cuando el MMT Estudiantes empieza a concatenar triunfos, el eslovaco comienza a brillar. Sin ir más lejos, fue de los destacados en la gran victoria estudiantil en Granada.
Los del Ramiro afrontan la segunda mitad de la campaña mirando hacia arriba, pero Bilbao Basket sabe que sus segundas partes pueden ser buenas.
Martin Rancik fue todo un revulsivo para aquel Lagun Aro Bilbao Basket de la temporada 2005/06. Gracias a sus 12 puntos por partido, los de Vidorreta salvaron la categoría en un agónico final de liga ante Pamesa Valencia.
En la campaña 2006/07, el hoy segundo entrenador de MMT Estudiantes, Nacho Azofra, llegó en la décima jornada, en sustitución de Ivan Koljevic. El base ofreció un buen rendimiento, sobre todo en La Casilla.
«Necesitamos un buen ambiente en La Casilla y mucho ánimo desde la grada. Los jugadores lo necesitan para quitarse ese estado de nerviosismo y ansiedad que han generado las derrotas», declaraba Txus Vidorreta en la previa al encuentro de este mediodía. Más allá de cualquier consideración con respecto al juego, se debe notar que, al fin y al cabo, el que juega en su feudo es el conjunto bilbaino.
Incidir en el declive liguero de los hombres de negro sirve de bien poquito, y menos en una tesitura algo convulsa tras el cambio de cromos tras la llegada de Markota y el corte de Weis. Así pues, la cuestión principal es distanciar al MMT Estudiantes en la tabla clasificatoria, de modo que Iurbentia Bilbao Basket no se vea inmerso en una lucha que creía olvidada a principios de campaña.
Por otro lado, el conjunto entrenado por Luis Casimiro está en plena «ignición» después de haber logrado encadenar dos victorias, situándose a una de la marca de los vascos. La llegada de Brewer en el puesto de base y la mejora en el juego ha dado alas a un histórico que parece que encuentra su identidad.
A. G.