Se ha escrito mucho esta semana sobre el supuesto fraude fiscal por el IVA de los abonos que probablemente llevará a diversos responsables de la Real a sentarse ante un juez por intentar que su club tuviera el máximo dinero para competir con los demás. No nos corresponde a nosotros juzgar si eso es fraude o no, ni si es bueno o malo. La conclusión que se debe sacar es que, paradójicamente, semanas después de que algunos quedaran frustrados por no aprobarse una acción para sentar en el banquillo a los Consejos de Astiazaran y Fuentes para responsabilizarles de la situación de la Real, ahora pueden serlo por una práctica que, si fuera verdad la cifra de 20 millones, ha permitido al club que la deuda sea sensiblemente inferior al haber prescrito 16,5. Es decir, la due diligence no sólo no ha destapado que nadie se haya llevado un solo euro no justificado -por mucho que Badiola haya querido engañar a los accionistas-, sino que revela que esa práctica ha permitido al club disponer de más dinero para intentar desarrollar sin éxito un modelo imposible, por el que la Real debe competir con el Athletic para que no se le vayan los jugadores de la cantera, fichar jugadores que marquen la diferencia, pagar a todos los clubes de la provincia, tener los abonos baratos sin medios días del club, sin nadie que ponga dinero negro como otros clubes, asumir unas instalaciones que no tiene casi nadie... Ése es el debate.