Raimundo Fitero
Fregona
Sigo interesado en las cuitas de los espías de Madrid. Me encanta ver cómo se acampanan algunos de los protagonistas. Si tuvieran una policía como Urkullu, no les haría falta tanto secretismo ni cámara oculta. Aquí hacen lo mismo, pero bendecidos por todos. Sobre una parte de la ciudadanía les sales gratis y con premio, pero el día que se enteren que están todos bajo el ojo de la sospecha, será tarde.
En Tele 5, la noche del miércoles, después de un partido de fútbol de la Copa del Generalísimo de los Ejércitos, es decir del Rey, ofrecieron un especial de «La Noria», dedicado al follón institucional del Real Madrid. Parece que existe una guerra de medios. Tiene protagonismo hasta Kiko Matamoros, con lo que se puede entender el nivel alcanzado por la entrega. Pero hay denuncias graves, gargantas profundas, componendas, acusaciones entre unos y otros, y parece claro que Ramón Calderón hizo cosas muy mal, aunque según unos u otros, lo que hizo mal son asuntos diferentes. Se puede sacar en claro que en el mundo del fútbol hay comisiones, comisionistas, vividores, adjuntos y arribistas. Y en la nómina de cualquiera que quiera mantenerse en un cargo importante deben estar varios formadores de opinión, que son, parece ser, quienes quitan y ponen presidentes, entrenadores y otros mandos intermedios. Y como se dijo allí con mucha soltura, ni en clubes de fútbol, ni en privadas, ni en asociaciones diversas, las asambleas se hacen de acuerdo al reglamento.
Ayer jueves, con una segunda entrega hoy viernes, Ana Rosa destapa un asunto bastante tenebroso. El tratamiento dado a jóvenes con problemas en un supuesto centro de rehabilitación de nombre «Font Fregona», en el que según una cámara oculta y los testimonios de infiltrados y ex internos, se vive en un infierno totalmente demencial, en el borde del secuestro, el maltrato, los abusos. La tortura y todo lo más impensable, sin control de ningún tipo y sin personal cualificado. El primer testimonio ofrecido fue el de una madre que se encontró cómo ella había llevado a su propia hija al horror, y además pagando unas cantidades importantes de euros mensualmente.