«Ahora quiero encontrar trabajo y llevar una vida más tranquila»
Cantante y guitarrista
En el inicio de la década de los noventa, surge en Bera uno de los primeros grupos de rock and roll guitarrero de Euskal Herria, Noise Hole, donde una de las guitarras pertenece al greñudo Petti. Tras cuatro dinámicos años, el músico conoce la calma e inicia su admirable carrera en solitario.
Pablo CABEZA | BILBO
Tras el fallecimiento de su padre en octubre del año pasado, Petti decide rendirle un homenaje grabando un disco en directo donde la simpleza y la austeridad del alma marcasen el sonido y el propósito. Desnuda sus canciones y desgarra su garganta. Recuerda su vida y se la resume a su padre en «Awañak», una de las pocas palabras en guanche que quedaron en Canarias tras la llegada de los españoles y su cultura invasiva. «Tierra guanche» nos muestra, por tanto, al Petti más emotivo y herido, una de las situaciones en las que el músico combustiona su energía de manera más eficiente.
La fértil y densa historia de Petti, se inicia una mañana de ikastola cuando sus compañeros comienzan a llamarle Juan Luis «Pettisuis», es fácil adivinar por qué, así que la cuestión deriva con lógica hacia Petti, sobrenombre con el que firma una discografía en solitario que se sitúa entre las más nobles y atractiva de toda la obra vasca.
En su casa de Bera, es difícil hallar un momento donde no se cante. Lo hace su padre, su madre y sus hermanas, así que cabe apostar por esos momentos como los generadores de la inquietud musical de Petti. Además, sus hermanas tienen dos buenas guitarras clásicas, una de ellas una Alhambra del 73. Tocan la guitarra todos los días, pero cuando las dejan, el pequeño Petti se anima a salsear. Con todo, por aquella época no dejaba de ser aún un juego, pues el protagonista no pasaba de los ocho años. Posteriormente, y dentro de ese entorno musical, resultan más definitivos los primeros discos de rock que le pasa un colega. Al principio se inclina por el jevi metal. Se hace con toda la discografía de Iron Maiden, Black Sabbath, AC/DC, Zeppelin... Descubre a guitarristas como Angus Young, Jimmy Page, Blackmore... Posteriormente descubre a Robert Johnson, Nick Drake, Django Reinhardt, Joseba Irazoki... y su mente se revoluciona. El folk-rock y el blues se calzan sus pasos. De hecho, ahora quisiera tocar blues rural, pero para ello debería dejar la púa y no comerse las uñas, por lo que, por ahora, no es posible. De momento sigue atrapado en el recuerdo de Nick Drake, así que su música continúa escribiéndose entre dibujos amargos, líneas a jirones y amor tanto por el folk-rock, como por el rock al rojo y el blues azulado.
En un disco en directo se suele pensar en invitados, luces, cohetes...
Es minimalista porque la muerte del padre me ha hecho ver las cosas de otra manera. Ahora estoy más interesado en encontrar un trabajo estable (se dedica parcialmente a la hostelería) y llevar una vida más tranquila.
La versión de «Ene begiek», composición de Ruper Ordorika, no suele faltar en su repertorio.
Este tema lo toco desde hace unos cinco años. Sé que Ruper tiene mogollón de temas guapos, lo que pasa es que con este me siento muy cómodo a la hora de improvisar en la parte final. Normalmente lo dejo como final del repertorio para presentar la banda y hacer un poco el vaina. Otra de las cosas que me gusta de la canción es que tanto en acústico como con la banda suena fresco. Además, la letra de Sarrionandia también me mola, es el escritor que más sigo. Aparte, la peña siempre responde muy bien con este tema...
En principio desea grabar un disco acústico en solitario, pero, finalmente, comparte el repertorio con un vigoroso y sensible pianista.
El fiera que toca el piano es Rafa Aceves, un autodidacta que lleva prácticamente toda la vida sentado al piano y la verdad es que es una sobrada cantar con él A Rafa le conocí cuando grabamos el disco «Hauxe» junto a Rafa Rueda y Txuma Murugarren, aunque ya le había visto tocar con Txuma en algún concierto. Lo de grabar juntos se me ocurrió cuando estaba preparando este último disco, quería darle a los temas un toque diferente y como son canciones bastante minimalistas se me ocurrió hacerlo sólo con piano y voz. Se prepararon algunos temas y se improvisó en otros. «Ene begiek» no lo habíamos preparados para los dos, pero cuando estaba en la parte improvisada, Rafa Aceves empezó a rapear desde la puerta del vestuario, así que le dije que entrara al piano y al final quedó un tema muy fresco.
Versionea también «Xalbadorren heriotzean», de X. Lete.
Hace años que me mola lo que crea y me gusta aún más lo que escribe, pero su manera de interpretar y de decir lo que quiere me deja flipao. Otra de las razones por las que metí este tema es que tenía un amigo al que le gustaba mucho «Xalbadorren heriotzean» y cuando estabas con él, no había un solo día en que no la cantara. Este amigo (Txomin Iantzi) murió hace unos años y en mi disco anterior «On» le dediqué un tema que se titulaba «Txomin Iantziri kantua». (Crepuscular canción con la que terminó su pasada actuación en Espaloia de Elgeta).
Da la impresión de que cada día se inclina más hacia el blues, pero por el lado del folk-rock y el propio rock usted aún resulta cautivador.
Tengo una maqueta que grabé en el Cantón de la Soledad (el estudio de Juanan Ros) con unos diez temas de blues rural. La verdad es que me gustaría currarme un disco de blues a tope, pero eso requiere un trabajo muy duro, currar mogollón en todos los sentidos. Lo que me mola mucho es probar diferentes afinaciones de guitarra. Con esto lo que consigues es que según que afinación utilices, los temas suenen mas folkis, más bluesis o mas rockeros. Puestos en deseos, también me gustaría hacer un trabajo de música funky o incluso disco.
Le da vueltas al asunto del ampli, las cuerdas a utilizar...
Cuando toco solo no suelo utilizar amplis, toco por línea. Normalmente utilizo dos acústicas con dos afinaciones diferentes, pero para este concierto me lleve tres guitarras con tres afinaciones. La que más utilicé fue una Martin que me dejó Rafa Rueda y la verdad es que se nota a la hora de tocar y cuando escuchas el resultado final. Después de tocar con esta guitarra te das cuenta de la importancia que tiene el instrumento. Cuando termine de pagar las deudas tendré que pillar una, aunque tal y como están las cosas con el curro creo que irá para largo; no obstante, esperemos que no. Las otras dos guitarras fueron una Alhambra y una Jasmine que, aunque no sean tan buenas, suenan bastante bien. Otro de los trucos que uso es el de las cuerdas. Siempre utilizo las más gordas que puedo pillar porque creo que las guitarras suenan con mucho más cuerpo, más graves y llenan más.