La apoderada independentista Begoñe Agirre presentó ayer ante la Mesa de las Juntas Generales de Bizkaia una proposición no de norma en relación a la pérdida de 3,7 millones de euros de Zabalgarbi, invertidos a través del Banco Santander en los fondos gestionados por el financiero norteamericano Bernad Madoff. La Diputación dispone del 20% del capital de la compañía y, con la puesta en marcha en los próximos años de la segunda línea de la incineradora, podría ampliar su participación.

El grupo juntero de la izquierda abertzale censura que, a pesar de que la institución foral dispone de dos representantes en el consejo, no hayan tenido conocimiento de las inversiones en un fondo de riesgo. Este aspecto les parece «inaudito», dado el peso de la participación foral, a la que hay que sumar el 10% de Lakua, el 5% de BBK y otro 5% de la Mancomunidad de Ayuntamientos de Ezkerraldea.

Las entidades que prestaron 129 millones de euros a Zabalgarbi para construir la planta de Arraitz obligaron a los gestores a constituir un fondo de 10,8 millones para afrontar las obligaciones derivadas de las hipotecas en caso de falta de liquidez. A finales de 2006 se invirtió ese dinero en cinco fondos gestionados por el Santander, uno de ellos afectado por la estafa piramidal de Madoff.

Agirre recordó que la mala gestión de fondos públicos en esta empresa privada, impulsada por la Diputación vizcaina, lo pagarán los ciudadanos. Este modelo opaco de gestión, subrayó, es el que ha dado lugar a casos como el del Museo Guggenheim o la Fundación Balentziaga. Por ello, consideran necesario que la institución que preside José Luis Bilbao cambie de modelo.

Como primera medida, la izquierda independentista pide en su proposición en Juntas Generales que la Diputación deje de ser accionista de Zabalgarbi. En su apuesta por evitar la incineración de las basuras en Bizkaia, pide al Departamento de Medio Ambiente que se interese por el sistema de tratamiento de basuras de Usurbil.