Con el rollo éste de la crisis económica, han saltado a la fama personas que tratan de explicarnos en un lenguaje entendible términos que al común de los mortales nos suenan a chino mandarín. El más conocido es un tal Leopoldo Abadía -www.leopoldoabadia.blogspot.com-, un abuelete enrollado que arrasa con su salero a la hora de desarrollar una teoría que ha bautizado como la «crisis ninja». Lo he visto en la tele con Buenafuente y lo cierto es que es un figura. Y además, instruye. Uno, desde su modestia pero desde su vocación de servicio público, no quiere ser menos que el señor Abadía. Quien, por cierto, presumo que se está forrando a base de conferencias, libros, entrevistas... Pero líbreme yo de tener apego al vil metal, por favor. Esta columna no les va a suponer, por hoy, ningún incremento en el coste del periódico.

Hecho este inciso, comencemos por la primera lección. Titular de prensa: «La prioridad de Confebask es mantener el empleo». En el subtítulo se añade que el presidente de los empresarios de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa «propone medidas de flexibilidad para no tener que recortar plantillas». Ahora va la traducción de un término que me encanta: «Flexibilidad». Lo que Miguel Lazpiur quiere decir es que si no aceptas sus condiciones te vas a ir a la puta calle pero ya. Que si la empresa necesita que este domingo curres de seis de la mañana a seis de la tarde y te avisa la víspera, pues te jodes y vas. Que si te dicen que las vacaciones te tocan en febrero y no en agosto, pues se siente. ¿Que tu pareja y la prole libra en verano? Mejor, así no tienes que aguantarlos. Que hoy pintas, mañana pones ladrillos, pasado barres y el otro escribes una página y cuadras la contabilidad. Confebask feliz, porque engorda su verdadera prioridad y sabe que sólo monta el pollo quien no tiene nada que perder. Mantener el índice de empleo, aunque éste sea precario, les da a los empresarios paz social y les evita ofrecer mala imagen pública. Los flexibles están rígidos porque el banco los tiene agarrados por la hipoteca. Bájate los pantalones. «Be flexible, my friend».