Faltaba agua y el sol apretaba. En la cantimplora, apenas unas gotas tibias y un árido desierto por delante. Afortunadamente, un oasis salió al encuentro de los hombres de negro; un oasis en forma de tercer período que dio un chorro de agua fresca, es decir, un valioso parcial de 9-16. Gracias a la esa renta, el conjunto bilbaino logró sumar su octava victoria de la campaña, de modo que se instala entre los candidatos a la octava plaza liguera, en pugna con Granada, Manresa y Fuenlabrada.

No fue un encuentro que destacara por su brillantez, sino salvado por la incertidumbre de un marcador que no se terminó de romper. El juego bilbaino circundaba alrededor del dúo Blums-Banic, que con sus puntos y su lucha daba réplica a un ViveMenorca liderado por Pooh Jeter y Stojic. Por contra, jugadores como Guardia, Recker y Paco Vázquez ofrecieron una versión sombría, muy por debajo de su nivel. Por cierto, asombró la titularidad y la normalidad en el juego de Drago Pasalic, que se reunió con sus compañeros a última hora después de sufrir un amago de ataque de apendicitis. Aunque no brilló, el ala-pívot croata no desentonó.

Guiados por Jeter, los hombres de Ricard Casas trataron de escaparse en el segundo período, adelantándose 35-28. Afortunadamente, los hombres de negro, gracias al trabajo incansable de Marko Banic, lograron poner las tablas en el marcador a la hora del descanso.

Triples providenciales

A partir del tercer período las canastas parecían cerradas a cal y canto. Pero había que añadir puntos al casillero visitante, y éstos no aparecían con la fluidez deseada, sobre todo desde más allá de la línea de 6,25.

Fue Markota, curiosamente aplaudido por su ex afición, quien abrió la veda de una serie de triples providenciales para la victoria vizcaina. Salva Guardia, Javi Salgado y Quincy Lewis siguieron con la vía abierta por el pívot croata, logrando una máxima diferencia de 12 puntos: 51-63.

Pero los de Ricard Casas suelen apretar fuerte en los últimos minutos, y ayer no fue una excepción. Con Jeter desaparecido, Urko Otegi, Guzmán y Eley estrecharon la desventaja hasta un preocupante 60-64 a falta de minuto y medio. Por fortuna, la sobria calidad de Lewis y Banic emergió a tiempo para amarrar un triunfo en una plaza históricamente reacia para los intereses bilbainos.