El equipo donostiarra dio la cara en Madrid
Al GBC le faltó empaque para abrir la puerta grande de Vistalegre
El desplome del tercer cuarto tras una gran primera parte, la falta de un tirador de muñeca caliente que diera réplica a Louis Bullock en la parte final y el desfavorable criterio arbitral privaron a los de Laso de conseguir una victoria que tuvieron al alcance de sus manos
REAL MADRID 110
BRUESA GBC 100
Jon ORMAZABAL | DONOSTIA
Al irregular GBC le faltó eso que llaman empaque para abrir la puerta de Vistalegre con una victoria que quizá mereció pero que se le escapó por esos detalles que hacen grande a los equipos elegidos. Para ganar en una plaza como la de ayer, además de jugar un gran basket colectivo, -los de Laso lo hicieron por fin ayer- hace falta no tener desplomes como el del tercer cuarto, tener una muñeca exterminadora como la de Bullock -Panko tuvo en sus manos el tiro de la victoria y se le hizo de noche- y que el desequilibrio arbitral que siempre favorece al grande no sea tan abultado como el de ayer -con dos claras antideportivas al Madrid perdonadas en los momentos calientes y un criterio muy distinto con el impulsivo Doblas y el teatrero Reyes como máximos exponentes en el día de ayer-.
Siguiendo la arenga de Laso, Bruesa salió muy serio desde el inicio ante un Real Madrid que, con cierta soberbia, había dejado en el banco a sus primeras espadas. Con buena defensa de varias variantes y un juego muy equilibrado en ataque llevaron el peso del marcador en todo el primer cuarto, repartiendo los puntos entre todos sus jugadores, con buenas penetraciones, juego interior y una gran selección y acierto en el tiro desde 6,25. Con estas premisas, y pese al daño que les hizo un Van den Spiegel que sumó tres faltas muy pronto, los guipuzcoanos terminaron el primer cuarto con cinco puntos de ventaja.
Joan Plaza, que pretendía economizar esfuerzos de cara al Top-16 por las bajas de hombres importantes como Raúl López, se vio obligado a dar entrada a Reyes y Bullock y la entrada de sus dos referentes, bien secundados por Hosley, le permitieron igualar el marcador, gracias en gran parte a su poder reboteador. No obstante, los guipuzcoanos estaban convencidos de sus posibilidades y, desde la magnífica dirección de un Sergio Sánchez que por fin acertó a buscar siempre al compañero mejor colocado además de anotar sus buenos puntos y la fuerza de un Andrade que se crece ante los grandes tomaron diez golosísimos puntos de renta al descanso 51-61.
Desplome tras el descanso
La primera gran razón para que el Bruesa no fuera capaz de aguantar esta jugosa racha estuvo en el desplome absoluto que tuvo en la reanudación, cuando encajó un parcial de 22-4 ante el que parecía no tenían ninguna capacidad de reacción.
El eléctrico Llull, Bullock y Felipe Reyes cambiaron el ritmo del partido a su conveniencia y el equipo de Plaza parecía despegarse irremediablemente, pero los de Pablo Laso tuvieron el aplomo suficiente para volver a reengancharse.
El ímpetu de David Doblas le permitió abrir un boquete debajo del aro madrileño hasta el punto de volver a recobrar el mando en el marcador tras un triple de Hopkins (83-86). Aquí volvieron a aparecer los de naranja, especialmente Mitjana, que eliminaron al capitán del Bruesa por cinco faltas, dos de ellas en ataque más que rigurosas que no tuvieron su réplica en lo que hizo Reyes.
En los minutos calientes, en esos en los que el aro se hace más pequeño, el Real Madrid encontró a Bullock, mientras que en el Bruesa Andy Panko no pudo responderle en una última jugada que pudo evitar la prórroga.
Los cinco minutos de añadido fueron una dura penitencia para los de Laso. A base de rebotes ofensivos y tiros libres, el Real Madrid se fue en el marcador casi desde el inicio y ahí sí que ya no hubo respuesta.
El Bruesa no había sumado hasta ayer nunca la centena de puntos en un partido ACB. Lo hizo en Vistalegre, pero terminó perdiendo, como ya le sucedió en su anterior tope anotador, 95 puntos ante el Murcia en noviembre.
Con sus 37 puntos anotados para una valoración de 39, Igor Rakocevic fue nombrado MVP de una jornada récord en cuanto anotación, tanto individual como colectiva. Otros jugadores como Josh Asselin (30) y Carl English (33) también han superado en la barrera de los treinta. Los 37 puntos anotados por Rakocevic son la mejor marca anotada por un jugador en ACB desde la jornada 17 de la temporada 2005-06, cuando un actual compañero suyo, el pívot Will McDonald, lograba la misma cantidad de puntos en un MMT Estudiantes-CB Granada.
Colectivamente, los 86,6 puntos de media por equipo también supusieron un máximo esta temporada.