Ganó tres etapas y la general del Down Under
Allan Davis, el oiartzuarra que triunfó entre los australianos
El sprinter del Quick Step afincado en Gipuzkoa desde su fichaje por la Once en el 2003 vivió su semana más inolvidable un año después de su invierno más crudo, cuando nadie quería ficharlo.
Joseba ITURRIA
El australiano del Quick Step afincado en Oiartzun Allan Davis culminó ayer la semana más brillante de su carrera al sumar el triunfo final del Tour Down Under a sus tres victorias de etapa. El único corredor que ha participado en las once ediciones de la ronda de su país conseguía vivir así una situación que nada tiene que ver con la que padecía ahora hace un año, cuando nadie quería ficharle a pesar de que había quedado exculpado por todos los organismos oficiales de la Operación Puerto en la que se vio implicado su equipo Liberty en 2006.
Una lista en la que en un principio apareció su nombre estuvo a punto de condenar al oiartzuarra sin juicio, como a otros muchos y hace un año se veía casi en la tesitura de dedicarse a la pista y olvidar la carretera. A pesar del apoyo de la Federación Australiana y de un informe de las autoridades españolas en el que se le exculpaba, Davis tenía que correr el Down Under con el combinado Unisa que todos los años agrupa a los australianos que no tienen equipo para participar en su vuelta. Ganó una etapa, pero nadie quiso ficharlo hasta que meses después el Mitsubishi Jartazzi le ofreció la posibilidad de correr y a final de temporada el Quick Step le permitió volver al Pro Tour.
Allan volvió a sentirse entonces ciclista, una afición que llevaba en los genes en una familia en la que su abuelo, su padre y su tío abrieron el camino que siguen él y su hermano Scott, también profesional. Nacido el 27 de julio de 1980 en Ipswich, con diez años ya acompañaba a su padre y a su tío y desde muy joven destacó. Por eso en edad juvenil ya entró en el grupo de promesas australianas a las que su Federación ofrece la opción de aprender el oficio en Italia.
El premio a la fidelidad
En 1998 fue designado mejor junior de su país y en 1999 corrió con 18 años la primera edición del Tour Down Under, carrera a la que ha sido fiel siempre y en la que ha logrado seis triunfos parciales y cuya general ayer ganó por vez primera. A partir de ahí, se ha movido como un girasol, en busca del sol que más calienta en el ciclismo. En el invierno europeo aprovechaba el verano australiano, para luego ir a Italia, donde destacó lo suficiente -acabó entre los siete primeros los mundiales sub'23 del 2000 y 2001- para pasar a profesionales en el 2002 con el equipo continental del mejor bloque del momento, el Mapei.
Pero la suerte nunca le ha acompañado. Al final de ese año Mapei dejaba el ciclismo y se quedaba sin equipo. Fue Neil Stephens, el ex corredor de Once y Festina y actual director de Caisse d'Epargne, el que se encargó de llamar a Manolo Saiz para que le hiciera sitio y también le buscó un piso en su mismo pueblo, en Oiartzun, donde Stephens lleva dos décadas y Allan un lustro, en compañía de su mujer y sus dos hijos.
En su primera carrera con la Once ya ganó en Mallorca y abrió una lista de una docena de triunfos hasta que su vida cambió con la Operación Puerto en el 2006. Pese a que Bruyneel le dio la opción de ir al Discovery en el 2007, el equipo también desapareció y la sombra de la Operación Puerto le impidió seguir en Astana y le dejó en delicada situación. Ahora todo ha cambiado y Davis, tras ganar ayer, se marca como próximo objetivo la Milán San Remo, en la que fue segundo en el 2007.
Allan Davis ha conseguido estos días que en su país hablen de él mucho, pero ha sido Lance Armstrong el gran protagonista por su vuelta al pelotón en una carrera en la que también se ha dejado ver el Euskaltel, con una destacada actuación de Irizar y Lafuente, que consiguió el triunfo en la montaña. No se podía pedir más al equipo vasco en una prueba en la que todas las etapas se disputan al sprint y en la que los australianos están más en forma. Así han ganado cuatro de las seis etapas -tres con Davis y una con Brown-. Sólo Greipel en la primera etapa y Chicchi en la de ayer han conseguido superar a los locales, que han colocado además a cuatro ciclistas entre los primeros siete puestos de la general final.
Lance Armstrong ha demostrado en su vuelta a la competición que su presencia no va a ser propagandística en la lucha contra el cáncer que empezó a librar hace quince años, primero como paciente y luego como combatiente. En la etapa más dura entró con los mejores, acabó en el puesto 29 y a partir de ahora habrá que volver a incluirlo entre los hombres a batir.