La jornada de ayer del Abierto de Australia trajo más sobresaltos, principalmente en categoría femenina. El más importante, sin duda, fue la humillación de la cabeza de serie número uno, Jelena Jankovic, que sucumbió sin remisión ante la jugadora francesa Marion Bartoli, cabeza de sería número 16, por un contundente 6-1 y 6-4.

La jugadora gala dominó el encuentro de punta a cabo, principalmente en un primer set en el que se paseó ante su adversaria. La igualdad apareció en la segunda manga, en el que Jankovic mantuvo el marcador equilibrado hasta el 4-4. Fue entonces cuando Bartoli quebró el saque de la serbia, para dar una campanada en toda regla tras aprovechar su servicio en el juego definitivo.

«Los últimos juegos fueron muy disputados, en los que jugué como debía para después terminar el partido con un gran último juego al servicio. Estoy muy contenta», declaró Bartoli, que ya sabe lo que es jugar una gran final en un torneo del Grand Slam. La tenista gala disputó en 2007 la finalísima de Wimbledon, aunque sin éxito.

La rusa Dinara Safina tampoco tuvo ningún paseo en su victoria frente a otra francesa: Alizé Cornet, a la que derrotó por un ajustadísimo 6-2, 2-6 y 7-5. Cornet llegó a rozar la voltereta al dominar por 5-2 el tercer set. Con un 5-4 en el marcador y servicio, incluso gozó de dos bolas de partido. Pero las dejó escapar y Safina no desaprovechó su ocasión para salir del berenjenal en el que se había metido.

En el derbi entre rusas Zvonareva-Petrova fue para la primera, que derrotó a su compatriota 7-5 y 6-4.

El martirio de Federer

Si entre las mujeres destacaron la derrota de Jankovic y el sufrimiento de Safina, lo más reseñable de la jornada en categoría masculina fue que Roger Federer padeció todo un martirio para derrotar al checo Tomas Berdych en cinco sets.

El suizo sintió el escalofrío de la derrota, pero supo recuperarse y eludir un triste paso por Australia al ganar después de tres horas y media al checo Tomas Berdych por 4-6, 6-7 (4), 6-4, 6-4 y 6-2. Eso sí, nadie le quitará el nudo de la garganta.

De haber caído, el ex número uno del mundo hubiera perdido más que un partido, ya que habría dejado escapar la oportunidad de luchar por su decimocuarto título grande e igualar el récord de Pete Sampras. Pero su tenacidad y el bajón del checo se unieron para que el helvético salvara el pellejo.

«Peleé tan duro como pude tratando de capear la tormenta. Me puso al límite, pero me gustan estos partidos porque no suceden a menudo», dijo Federer.

En el resto de los partidos no hubo tantos sobresaltos. Quien más fácilmente pudo ganar fue Andy Roddick, que derrotó al español Tommy Robredo por 7-5, 6-1 y 6-3. Mientras, Novak Djokovic defensor del título, tuvo algún apuro más en doblegar al chipriota Marcos Baghdatis, finalista hace tres años, por 6-1, 7-6 (1), 6-7 (5) y 6-2. Por último, el argentino Juan Martín del Potro, cabeza de serie número ocho, derrotó al croata Marin Cilic por 5-7, 6-4, 6-4 y 6-2.