Bengoetxea - Beloki 18 | Mtz de Irujo - Goñi III 22

Juan Martínez de Irujo y Fernando Goñi consiguieron un punto que vale su peso en oro, en un encuentro que tuvieron dominado, pero que casi se les complica en el tramo final. Nunca perdieron la cabeza en el marcador, pero una preciosa racha que aprovechó el delantero de Leitza hizo pensar a más de uno en la remontada.

El inicio se disputó a gran ritmo, pero ninguna pareja conseguía abrir importantes rentas en el marcador. La conocida pegada de los delanteros hizo que la pelota pasara más tiempo de lo habitual del cuadro 9 para atrás. Pero Irujo no se encontraba cómodo en esa situación. Necesitaba gresca, ritmo, en definitiva, aumentar las pulsaciones de su corazón. Y poco a poco acotó su campo de actuación, entró más de aire... y en seguida llegaron los frutos. Tras un inicio muy igualado -5-7, 7-9- la incidencia del de Ibero hizo que la balanza fuera cayendo del lado de los azules con el primer hueco importante en el marcador, 8-13. Oinatz quiso entrar al trapo e intentó liar más el juego, tanto con grandes golpes a rebote, como con un juego veloz sobre la chapa. Pero su gran ímpetu fue inversamente proporcional a la nula puntería que le acompañaba ayer. Una y otra vez chocaba contra la descomunal defensa de los azules.

Bengoetxea perdió más pelotas de las debidas y la brecha fue en aumento. 12-21, y un silencio sepulcral invadió el Astelena. Pero Oinatz vio que era el momento de actuar y decidió apostar por la heroica. Cogió el saque, jugó a vida o muerte y lanzó órdago tras órdago en un delirio ofensivo que encendió a los aletargados aficionados que se acercaron al frontón. Lo que antes era desacierto, se convirtió en acierto. La locura le dio buenos resultados; Mr. Hyde dejó pasó al Dr. Jekyll. Irujo y Goñi, que ya se veían con la victoria en las manos, no esperaban esa reacción, y se vieron superados por la situación. Un parcial de 6-0 dibujó grandes sonrisas entre los pelotazales. La gente aplaudió el esfuerzo de Oinatz. Pero no fue suficiente. Arreglar el trabajo mal hecho de todo un partido en 5 minutos no suele ser buena fórmula para el éxito, pero por lo menos lo intentaron, e insuflaron algo de emoción al partido, que no es poco.

Tras el partido, los derrotados se motraron tristes: «Para pasar necesitamos casi cuatro victorias. Está dificil el asuntó», se lamentó Oinatz. En el lado opuesto Irujo se mostró muy satisfecho. «Me han entrado los remates, hemos ganado cuando nos han apretado y Fernando ha jugado muy bien», comentó.