Objetos de la buena suerte y petardos para iniciar hoy el Año del Buey
Millones de chinos inician hoy el Año del Buey rodeados de objetos de la buena suerte, fuegos artificiales y petardos. El primer ministro, Wen Jiabao, se desplazó hasta la provincia de Sichuan para festejar el inicio del año junto a los afectados por el terremoto de mayo.
GARA |
Millones de chinos abarrotaron los templos, lanzaron fuegos artificiales y petardos, y corrieron a las estaciones de tren y autobús para llegar a tiempo a casa para celebrar la llegada del nuevo año o el Año del Buey. En la creencia china los petardos son augurio de buena suerte, espantan los malos espíritus y atraen la buena salud, por lo que son parte esencial de la fiesta.
Los fuegos más tradicionales este año son las versiones en miniatura de los de la inauguración de los Juegos Olímpicos.
Las tradicionales ferias llenaban los templos budistas y taoístas, donde se venden objetos de la buena fortuna, se piden deseos y se disfruta de actuaciones de sombras chinescas, marionetas o de la danza del león.
El primer ministro, Wen Jiabao, se desplazó a la provincia de Sichuan, en el noroeste de China, para pasar esta festividad junto a los damnificados del terremoto que en mayo asoló la región y causó 8.000 muertos. «Han pasado ocho meses y estoy feliz de ver cómo todos habéis estado reconstruyendo vuestras casas», manifestó. En años anteriores pasó sus vacaciones «navideñas» con enfermos de Sida o mineros del carbón. Mañana, tras festejar el inicio del Año del Buey, comenzará una gira por países europeos.
El Año Nuevo se celebra en familia, por lo que 200 millones de inmigrantes que trabajan en las urbes abarrotaron las estaciones. El Ministerio de Transportes informó que sólo el sábado hubo más de 63 millones de desplazamientos. Hay que tener en cuenta que las de ahora son las únicas vacaciones del año.
Incluso con el peso de la crisis económica global, que comienza a notarse en el país más poblado del mundo, mucha gente está eligiendo pasar sus vacaciones en el extranjero, ayudados en parte por una fuerte moneda. En Shangai, la demanda de viajes a Europa y Australia han aumentado, aunque las cifras del turismo nacional no son tan halagüeñas, según la agencia de noticias Xinhua.
«El número de personas que viajan dentro del país es sólo una cuarta parte con respecto a los del año pasado», indicó el agente de viajes Lu Min. «Esto indica que la caída de la economía no ha afectado a las clases altas, pero sí mucho a aquellas con medios o bajos ingresos», añadió.
La cena de fin de año es todo un ritual cargado de simbolismo. Las familias comienzan a amasar los tradicionales jiaozi, empanadillas al vapor rellenas de verdura y carne, que, como los rollitos de primavera, representan la riqueza. Las mandarinas, naranjas y pomelos no pueden faltar en la mesa, ya que sus nombres en mandarín se asemejan a las palabras «suerte, riqueza y tener». Servir un pollo entero representa la unión de la familia; los fideos largos, la longevidad, por lo que no es recomendable cortarlos; y el pescado, la abundancia. El pescado se debe servir entero, con cabeza y cola, para invocar un buen final y comienzo de año. Ayer, los comercios cerraron cuatro horas antes de lo habitual para que todos tuvieran tiempo suficiente para preparar el ágape para la noche.
El mayor enemigo de este año es la crisis, que ha reducido el volumen de compra y el dinero que se deposita en los tradicionales sobres rojos que se regalan a los familiares.
Para afrontarla y reactivar el consumo, el Gobierno de Taiwán, por ejemplo, ha regalado millones de cupones. Los grandes centros comerciales, mientras, han lanzado ofertas inusuales para atraer a los consumidores.
El año lunar se celebra en China, Taiwán, Corea, Mongolia, Nepal, Bután y Vietnam y en países con grandes comunidades chinas como Singapur, Indonesia, Malasia, Filipinas y Tailandia.