El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) denunció ayer la muerte de centenares de civiles y la escasa atención médica que están recibiendo los heridos en el norte de Sri Lanka, donde el Ejército libra intensos combates con la guerrilla tamil de los Tigres para la Liberación de Tamil Ealam (LTTE) para tratar de arrinconarla. Este organismo humanitario se suma así a la denuncia que el lunes hizo la web TamilNet, afín al LTTE.

En un comunicado difundido ayer, el CICR aseguró que unas 250.000 personas están atrapadas en un área de 250 kilómetros cuadrados del norte de la isla y denunció que carecen de «zonas seguras» en las que refugiarse.

«La población está atrapada en el fuego cruzado, los hospitales y ambulancias se han visto afectados por los bombardeos y varios cooperantes han resultado heridos», indicó en su nota, en la que agregó que la población civil necesita «protección, atención médica y asistencia básica».

El CICR alertó sobre una «terrible situación humanitaria, a no ser que los civiles sean protegidos y se respete el derecho humanitario internacional», por lo que instó a parar «el derramamiento de sangre».

Por su parte, el presidente cingalés, Mahinda Rajapaksa, garantizó a las autoridades de India que las tropas gubernamentales respetarán las zonas seguras habilitadas para civiles y se comprometió a «minimizar» el impacto del conflicto armado «en los civiles tamiles».

Según la ONU, muchos civiles fueron heridos el pasado fin de semana a causa de la ofensiva militar que alcanzó las áreas de seguridad. Ese día, el Ejército cingalés anunció la conquista del último bastión de la guerrilla, Mullaitivu.