Samuel Sánchez piensa en setiembre desde enero. Como Euskaltel, que se ha marcado el triunfo final con él en la Vuelta como un objetivo principal del año y por eso llevará allí a su mejor equipo, aunque el cam- peón olímpico, si tuviera que elegir un triunfo, se quedaría con el Mundial. Pero tiene claro que sus primeros retos no quedan tan lejos y en la entrevista concedida a GARA trasmite optimismo al dar por superado su problema de rodilla: «Está olvidado, la rodilla está perfecta, no hay lesión. Ahora se trata de coger continuidad, ritmo de entrenamiento y para adelante. Todavía no hemos vuelto a donde el doctor Mikel Sánchez, pero me ha visto el médico del equipo y los fisios y todo va fenomenal».

Por eso sigue adelante con su idea para la primera parte del año: «Queremos estar al 100% en la Vuelta al País Vasco. Correré Mallorca, Andalucía, París-Niza, Laudio, Estella, País Vasco, Amorebieta y las clásicas de primavera. Después vamos a parar para preparar la Vuelta al 100%. París-Niza será el termómetro para saber cómo estoy con respecto a rivales que llegarán ahí al 100%. Servirá para romper el hielo de cara al País Vasco».

Es un calendario similar al que fue habitual hasta el cambio del año pasado, aunque introduce matices como Lizarra, donde no ha participado desde que tiene su final en el repecho del Puy, que se adapta bien a sus características.

Señala que la decisión de volver al calendario habitual ha sido conjunta entre él e Igor González de Galdeano: «Miramos los intereses del equipo y el patrocinador y decidimos descartar Tour y centrarnos en el principio y el final». Lo que deja claro es que su renuncia al Tour es sólo por este año: «Haber acabado sexto te reafirma en que le he perdido el miedo, no el respeto. Es una carrera que me ha encantado y pienso repetir con ganas de hacerlo mejor que en 2008. No estuvo mal, pero nos faltó una etapa. Hice segundo en Alpe d'Huez, pero nadie se acuerda de eso. Hay que intentar ganar una etapa y acabar más arriba la general».

«Preparar un objetivo al 100%»

Lo que no ve claro es lo de hacer dos grandes: «Si preparas un objetivo hay que hacerlo al 100%. Se podría hacer Giro y Vuelta, pero al equipo le interesa más País Vasco y las clásicas». Cuando le recordamos las palabras de su director, quien señalaba que el cambio es para ganar la Vuelta, responde que «lo que queremos es disputar. Hicimos tercero hace dos años con tres etapas ganadas y eso nos hace pensar que podemos estar con los mejores. También el cambio lo hacemos para afrontar con garantías un Mundial muy duro».

En los últimos dos años, tras correr su única grande fue el mejor español en el Mundial -que quiso dar a Valverde- y en los Juegos, que ganó.

Ahora piensa en sus opciones y, cuando se le pide que elija una victoria para 2009, dice que «me lo pones difícil, pero el Mundial. He ganado Zurich, segundo en Lombardía y Flecha, cuarto en Lieja... Las carreras de un día estando en forma se me dan bien y sería bonito tener un Mundial y unos Juegos ganados». Un oro olímpico que ha cambiado su vida: «Mi forma de ser y de actuar es la misma. Lo que me resta es más tiempo para estar con los míos y ver crecer a mi pequeño Unai. No verlo crecer es lo que más me apena y trastoca. Pero es un peaje que debo pagar. Todo tiene su parte buena y mala, y la mala no lo es tanto porque no está mal recoger premios y estar con patrocinadores y con compromisos publicitarios. Se trata de explotar tu imagen y eso tiene su reconocimiento social y económico».

Uno de esos premios, de 3.000 euros, lo ha donado a la organización de la Bizkaiko Itzulia junior, que quiso agradecer ayer su donativo y anunciar que el amarillo de su ronda llevará su nombre.