Ante el Plan de Inversiones Locales de Navarra 2009-2012 y el Fondo Estatal de Inversión Local que, según la consejera de Administración Local, Amelia Salanueva, generarán empleo para más de 20.000 personas en la Comunidad Foral, Andrea, adhiriéndonos a la preocupación que otras asociaciones de mujeres del Estado ya han planteado, queremos preguntar a la consejera si se ha realizado el Informe de Impacto de Género que, según el artículo 19 de la Ley 3/2007 de Igualdad, deben incorporar «Los proyectos de disposiciones de carácter general y los planes de especial relevancia económica, social, cultural y artística que se sometan a la aprobación del Consejo de Ministros» y, más en concreto, si se ha aplicado la ley foral 14/2004 de 3 de diciembre sobre la obligación de presentar informes de impacto de género. El objetivo de estas leyes es que el Gobierno de Nafarroa y el del Estado asuman la responsabilidad de aportar información sobre la incidencia que las medidas que se tomen vayan a tener, de forma separada, sobre los hombres y las mujeres, considerando, especialmente, las desigualdades y discriminaciones por razón de sexo existentes.

Consideramos que, siendo positiva la creación de empleo a que se orienta el Plan anticrisis, tiene un sesgo de género negativo para las mujeres, ya que en sus tres cuartas partes se destina a la construcción, de cuyos 2,4 millones de trabajadores sólo el 7,1% son mujeres. Aunque el número de parados varones ha superado al de mujeres por vez primera desde 1994, de las 3.419 nuevas personas paradas en Nafarroa en enero de 2009, 2.003 son mujeres y 1.416, hombres. Por ello, el número de mujeres paradas (18.297) vuelve a superar al de hombres (18.078). En cuanto a la tasa de paro por sexos, la masculina es del 7,04% y la de las mujeres sigue siendo del 9,53%,

Si estas realidades no se tienen en cuenta, unido a una reactivación del modelo patriarcal y sexista de «hombre-proveedor/ mujer-cuidadora» en vez del igualitario de hombres y mujeres proveedores y cuidadores en igualdad, que subyace en que la nota de prensa de la EPA en la que destaca: «la tasa de paro de la persona de referencia del hogar», se puede caminar a un restablecimiento de la desigual protección por desempleo de mujeres y hombres en algunas de las medidas del Plan anunciadas.

Andrea solicita al Gobierno de Nafarroa y a los ayuntamientos que compensen la masculinización del fondo para obras y atienda especialmente los servicios públicos de atención a las personas dependientes, que afectan especialmente a las mujeres por ser intensivos de empleo femenino y liberar a las cuidadoras familiares de su actual dedicación, incompatible con la salud, el empleo remunerado y la vida personal.

Es triste comprobar cómo entre las 33 personas expertas asesoras del Gobierno de Nafarroa para buscar salidas a la crisis sólo hay tres mujeres. ¿Cómo se va a garantizar que esa salida sea realmente equitativa para ambos sexos? ¿Tienen formación todas estas personas en materia de género e igualdad de oportunidades? Pues es una oportunidad perdida para poder extraer conclusiones de salida a esta crisis con otros valores que contemplen todas las necesidades humanas, además de un incumplimiento flagrante de la Ley de Igualdad de marzo de 2007 en cuanto a la composición de ese tipo de organismos.

Pero ¿qué se puede esperar de quienes no tienen ningún rubor en admitir que en la sociedad navarra entre las 90 personas que están dirigiendo y ocupando los espacios de poder, además de pertenecer a una sola familia política, la del UPSN, brillan por su ausencia las mujeres?

Con estos precedentes y con semejante grupo de asesores, nos cuesta creer que se vaya a contemplar la equidad e igualdad de oportunidades en la creación de empleo en Nafarroa, derivada del fondo para los ayuntamientos.

Por ello, exigimos que se apliquen los artículos de las leyes mencionadas y que a través del INAI y el Servicio Navarro de Empleo se garantice la aplicación y seguimiento de las contrataciones.

En tiempos de crisis debemos seguir apostando por una sociedad justa e igualitaria que adapte su realidad respetando las necesidades de hombres y mujeres en todas las facetas de la vida: empleo, reparto y atención al cuidado... No repitamos una vez más lo sucedido en otras crisis, donde a las mujeres se les fue apartando de las soluciones reales a la misma.