Beñat ZARRABEITIA

El pasado fin de semana, la Bundesliga austriaca reanudó la competición tras el habitual parón invernal. Un torneo que ha perdido mucho lustre en los últimos tiempos, pero que cuenta en su seno con Marc Janko. El delantero del Red Bull Salzburgo, de 25 años y 196 centímetros de altura, ha llamado la atención de todo el panorama continental al marcar 30 goles en sólo 21 encuentros.

Cifras que le colocan muy cerca de la «Bota de Oro». De hecho, tras la lesión del bosnio Ibisevic, delantero del Hoffenheim, su único competidor es Samuel Eto'o. El coeficiente de goles de la Bundesliga austriaca, 1'5 puntos por cada tanto frente a los 2 puntos por gol en las grandes Ligas, es su mayor hándicap para igualar el éxito que en su día saborearon sus paisanos Krankl y Polster.

Su acierto realizador, tanto con su club como con la selección que ahora dirige Karel Bruckner, le habían situado en el punto de mira de numerosos conjuntos de torneos más poderosos en lo deportivo y en lo económico. Manchester United, Tottenham, Blackburn, Juventus, Marsella, Ajax, Werder Bremen, Deportivo o Betis son algunos de los equipos que se han interesado por sus servicios. Pero la semana pasada el «nueve» austriaco sorprendió a todos renovando por el Red Bull Salzburgo hasta 2013.

Hijo de una medallista olímpica

Marc Janko nació en el seno de una familia de deportistas. Su madre, Eva, ganó la medalla de bronce en lanzamiento de jabalina en los Juegos de México en 1968. Todo un éxito en un país acostumbrado a brillar en los Juegos de Invierno y a cosechar pocos metales en los de Verano. Su padre, Herbert, batió varios records nacionales de salto de altura .

El estreno en la máxima categoría del actual pichichi del fútbol europeo se produjo en 2004. Fue de la mano del modesto Admira Wacker y Janko tan sólo necesitó un curso para llamar la atención del equipo de la ciudad de Mozart. Sin embargo, una cadena de lesiones musculares no le permitieron explotar hasta hace unos meses.

Su facilidad para marcar ha asombrado a todos. Su técnico, el holandés Co Adriaanse, le ha definido como «el delantero perfecto». Más lejos ha ido Hansi Krankl, que ha llegado a afirmar que «le considero capaz de todo. Janko también se impondría en el Bayern, ya que para mí es mejor que Toni». Aunque, quizá, la definición más curiosa la aportó Frenkie Schinkels, técnico del modesto Carinthia, quien tras sufrir su azote go- leador declaró que «Janko no es ni austriaco ni extranjero, es un extraterrestre».

Punta de lanza de su selección

La historia de la selección austriaca está marcada por su rivalidad con Alemania. En el Mundial de 1938, una de las mejores generaciones de futbolistas del país se vio obligada a defender los colores del equipo germano tras la ocupación nazi. 40 años más tarde, en la ciudad argentina de Córdoba, Austria consiguió la mejor victoria de su historia al ganar por dos a uno a la RFA.

Aquel partido está grabado en la memoria de los austriacos. Ejemplo de ello son las miles de visitas con las que cuenta el resumen del encuentro en YouTube o las declaraciones que Krankl efectuó hace escasas fechas al programa «Fiebre Maldini» de Canal Plus. El ex delantero del Barça, que formó parte de aquel equipo junto a Koncilia, Pezzey, Prohaska o Kurt Jara, llamó «hijo de puta» al alemán Abramczik mientras repasaba las imágenes de aquel histórico choque.

Tras aquel hito, el devenir austriaco ha sido mediocre y tocó fondo con el 9 a 0 que les endosaron los españoles en 1999. Ahora, tras una digna participación en la Euro que organizaron junto a Suiza, esperan remontar el vuelo de la mano de la pizarra de Bruckner y los goles de Janko. Desde verano, han vencido a Francia, han empatado con Italia y esta noche tienen otra buena piedra de toque con el amistoso ante Suecia.