Tsvangirai jura ante Mugabe como primer ministro de Zimbabwe
El líder opositor zimbabuo, Morgan Tsvangirai, juró ayer el cargo de primer ministro para formar un Gobierno de unidad nacional con el presidente, Robert Mugabe, quien cederá sí por primera vez parte del poder absoluto que ha ejercido los últimos veintinueve años.
GARA |
Morgan Tsvangirai, líder del opositor Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) se convirtió ayer en primer ministro de su rival, el presidente Robert Mugabe, con quien debe hallar la forma de trabajar en la reconstrucción de un país en ruinas. Tsvangirai pronunció la fórmula de juramento frente a Mugabe, del que le separaba una mesa, en la que luego ambos firmaron los documentos que convierten al opositor en primer ministro. A lo largo de la ceremonia, Tsvangirai y Mugabe evitaron mirarse a los ojos y sellaron el acto con un rápido apre- tón de manos.
Esta frialdad ilustra la desconfianza mutua entre ambos, que deben formar el viernes su Gobierno de unidad, en base al acuerdo de división de poder firmado el 15 de setiembre.
Tras jurar su cargo Tsvangirai, también lo hicieron como viceprimeros ministros sus compañeros de partidos Thokozani Khupe y Arthur Mutambara.
Con este acto, Mugabe, que el 21 de febrero cumplirá 85 años, comparte por primera vez el poder, que ha monopolizado en Zimbabwe desde la independencia de Gran Bretaña en 1980.
El primer ministro volvió a exigir la libertad de los cerca de 40 seguidores de su partido y defensores de los derechos humanos presos en el país, reclamo que no ha sido atendido.
El nuevo Gobierno, que se constituirá el viernes, tiene el reto de sacar al país de una crisis política que ha degenerado en una situación económica desastrosa y una catástrofe humanitaria. Según la ONU, siete de sus doce millones de habitantes necesitarán ayuda alimentaria para sobrevivir, mientras que una epidemia de cólera ha causado ya 3.400 muertes.
Entre los ministros de Tsvangirai destaca la designación como responsable de Finanzas de Tendai Biti, secretario general del MDC y hasta la semana pasada acusado de «traición» por el régimen de Mugabe. Biti se oponía hasta hace poco a aceptar un Ejecutivo de unidad con la ZANU-PF, de Mugabe. Él y muchos seguidores del MDC tienen dudas de que se pueda avanzar con la ZANU-PF, que ha retrasado varios meses su constitución al pretender retener todos los ministerios relevantes. El propio Tsvangirai ha mostrado sus dudas sobre la «seriedad» de Mugabe.
Biti deberá lograr el levantamiento de las sanciones y convencer a los donantes internacionales de que entreguen miles de millones de dólares de ayuda indispensables para la reconstrucción del país.
Mugabe prometió ayer cooperar de forma «calurosa y solidaria» con su primer ministro, mientras Tsvangirai se comprometió con la estabilización de la economía y garantizó que la comida «volverá a estar disponible y a ser accesible».