Raimundo Fitero
Entre telones
Soy incapaz de entender, ni mucho ni poco, las razones que han llevado a dos cadenas generalistas españolas TVE 1 y Antena 3 a colocar sendas miniseries con el mismo tema el 23-F. El asunto elegido me parece sospechoso en estos momentos en los que la corona española no pasa por los momentos de mayor aceptación popular, por una lado, y por otro la coincidencia horaria y de día de emisión nos sitúa ante un hecho bastante inusual. Una especie de duelo en Sofres que ha sido ganado, de manera espectacular, por la emitida por la primera estatal, de tal forma que se ha convertido en la miniserie de mayor aceptación en número de telespectadores desde que se miden las audiencias. Así va la cosa.
La coincidencia de ambas me ha liberado: no he necesitado prestarles más atención que la que el zapeo nos depara de vez en cuando, ya que siempre veía que se trataba de confirmar lo que ya se sabe, es decir, de blindar televisivamente la versión oficial, por lo que todo aquello que pudo pasar entre telones, que sabemos de manera tangencial, es posible que no se sepa hasta bien entrado el siglo veintiuno, pero parece cada vez más obvio que hubo muchos renuncios, muchas bajadas del tanque de última hora y muchas presiones externas para que aquello no se sustanciara en esas formas, aunque después las leyes han ido haciendo la labor de destrucción de los supuestos avances en asuntos autonómicos que entonces se trataban y han ido acabando con las libertades políticas.
Así que como un acto reflejo me entretuve viendo y escuchando el seudo debate sobre el estado de la economía en el mismo parlamento donde aparecieron la avanzadilla golpista con sus tricornios. No esperaba mucho, pero me defraudaron todavía más. Yo creo que existe en el ambiente un tricornio invisible que los ha ido convirtiendo en unos bultos parlantes sin ánima. Bueno, Rosa Díez parece tener ánima, como las balas, pero una cara de amargada que refleja su rabia, o quizás sea simplemente un ataque de odio, porque quiere contarlo pero no le llega. Quiero decir, el dinero. Lo de los fans de Rajoy aplaudiendo, son de traca. Ni en los colegios del Opus se vitorea tanto al no-líder. ZP habla.