Eusko Alkartasuna presentó ayer su programa electoral, basado en entender que hay que gobernar la CAV «como una nación» y no como una mera «comunidad autónoma». Para ello plantea, por una parte, una Ley de Soberanía Vasca, que reconozca a Euskal Herria y el derecho de su ciudadanía a decidir libremente su futuro. Y propone también una Ley Institucional Vasca, que «reforme radicalmente» la LTH para reforzar las instituciones comunes.

El presidente del partido y candidato a lehendakari, Unai Ziarreta, comenzó reconociendo que estas son unas «elecciones complejas» para EA, puesto que carece de los apoyos mediáticos que tienen otros partidos, y además ha de enfrentarse a «una falsa polarización». Denunció que el PNV pretende transmitir la idea de «el mundo contra Ibarretxe» y señaló que las apelaciones que está haciendo Iñigo Urkullu a la entente entre PP, PSE y UPyD sólo pretende «meter miedo a los abertzales». Recordó Ziarreta que «no estamos en 2001» (cuando la alianza entre Mayor Oreja y Redondo Terreros), sino que, a su entender, en realidad «el PNV pretende retrotraerse a aquella época y volver a la era Ardanza y los acuerdos con el PSE. Y la solución a los problemas -concluyó- no pasa por esa fórmula».

Por ello, frente al mensaje del voto útil concentrado en Ibarretxe que lanza el PNV, Unai Ziarreta apostó por «una presencia fuerte de EA en el Parlamento para descartar la posibilidad de un acuerdo entre PNV y PSE y mantener la esperanza del avance por la vía del soberanismo». Añadió que «votar a EA garantiza que Patxi López no va a ser lehendakari y que el próximo lehendakari va a tener que serlo en clave soberanista.

Unai Ziarreta abogó por crear las condiciones para que todos los proyectos políticos, incluido el independentista, puedan ser no solo defendibles, sino materializables.

«Polo soberanista»

En este sentido, el programa de EA recoge el impulso de «un polo soberanista que rompiendo estrategias del pasado y derivas autonomistas aproveche esta oportunidad histórica para dar pasos decididos y decisivos hacia la independencia, dando respuesta en clave de progreso a los problemas diarios de nuestra sociedad».

Ademas, EA muestra «la convicción de que en el momento crucial en que nos encontramos es más necesaria que nunca la acumulación de fuerzas y movilización de una marea social para desbloquear la situación, mediante la creación de un espacio alternativo desde el abertzalismo, que sobre una base sólida de paz y de respeto a los derechos humanos y de exigencia del final de la violencia, plantee una resistencia firme, cívica y democrática que ante la cerrazón antidemocrática del Estado, traslade ante la comunidad internacional nuestra demanda democrática reiteradamente desoída y rechazada».

Tras Ziarreta intervino el cabeza de lista por Gipuzkoa, Jesús María Larrazabal, quien abogó por la defensa de los pilares del Estado del Bienestar, abordando cuestiones relacionadas con la cohesión social desde el fomento de una educación y sanidad de calidad, y el impulso de políticas de alquiler de vivienda con precios por debajo del 30% de los ingresos.

A continuación, Rafael Larreina, candidato por Araba, desgranó algunas de las propuestas en materia institucional. Destacó la apuesta por una Ley de Soberanía, que parta del reconocimiento de Euskal Herria como nación y del derecho a decidir el futuro en libertad. En cuanto a la territorialidad, EA propone una Dieta entre la CAV y Nafarroa y un Consejo de Cooperación entre Iparralde y Hegoalde.

Otra vieja aspiración de EA es la «reforma radical» de la Ley de Territorios Históricos, puesto que le sistema actual «duplica o triplica el gasto», según manifestó Larreina, «y disminuye la eficacia a la mitad». EA propone reforzar las instituciones comunes, lo que considera especialmente importante en estos momentos de crisis que han de afrontarse con «solidaridad y eficacia».