Resulta dramático que en tierra que se proclama regida por régimen democrático haya que recordar a los máximos juzgadores que el sufragio universal no existe. Es vía de doble sentido: elegir y ser elegido. Hoy, en Euskal Herria peninsular, no es una realidad. Se pongan como se pongan, esgriman el argumento que esgriman y callen los que, beneficiarios del despropósito, sólo protestan por la boca pequeña. Está a la vista de todos.