Nicola Lococo herria
¡Salvemos Israel!
¡Salvemos Israel! ¿Qué le pasa a Occidente que no reacciona? Israel está siendo saboteado vía Internet, atacada con discursos torticeros, proclamas injuriosas por parte de Hamas, un sinfín de improperios vehiculados por la prensa y apenas puede defenderse militarmente sin nuestra ayuda. Hemos de salvar al Estado de Israel pero con más prontitud y determinación con las que las potencias democráticas actuaron para salvar a los judíos de su holocausto en los campos de concentración, que un poco más y son cómplices del genocidio consumado por los nazis...
Y quien dice salvar al Estado de Israel, también dice liberar al pueblo israelita como todo Occidente se ha empeñado en liberar al pueblo iraquí hasta que, harto de tanta libertad, ahora suplica sólo un poquito de seguridad. Acaso, entonces, la libertad no sea suficiente y habríamos de procurar democratizar el país sionista para garantizar su seguridad, como se intenta democratizar Afganistán, cuya seguridad actual está a prueba de bombas bajo el protector paraguas de la ONU. Por supuesto, no habríamos de conformarnos con tan poca cosa: Libertad, Seguridad y Democracia. El Estado de Israel y su ciudadanía están clamando a gritos una rápida y urgente intervención humanitaria de todas las ONG, con la propia OTAN a la cabeza, con sus portaaviones de la VIª Flota y los cazabombarderos que aguardan en las bases amigas de Turquía y Arabia Saudí -para que luego digan de las malas relaciones entre el Mundo árabe y el judío-. La faena podría rematarse imponiendo un tutelaje económico del FMI, cuya eficacia se ha comprobado en medio mundo, en el que los países donde ha operado no dejan de crecer y desarrollarse... Mas siempre habrá gente descontenta con este altruista proceder, y reclamará la misma atención para otros pueblos y naciones desprotegidos y desamparados que requieren toda nuestra solidaridad y atención.
Al objeto de evitar en lo posible ser acusados de tratar con distinto rasero a esas otras comunidades como pueden ser el pueblo Kurdo, Chechenia, Tibet y la propia Palestina, sería deseable, y hasta exigible, que la solución de sus problemas quedaran en manos de la UE, cuya reputación al respecto es de sobra conocida en los Balcanes y allí donde ha colaborado a la hora de ayudar en el mantenimiento de la paz, y el entendimiento de los pueblos.