La batuta que debe traer la sinfonía del sosiego
ALAVES - R.VALLECANO
Koldo AKORDARREMENTERIA | GASTEIZ
Los cartuchos para el Alavés ya se han agotado, y más le vale al recién llegado Javi López encontrar cuanto antes la fórmula para comenzar la remontada hacia arriba, sino queremos estar hablando de situaciones más graves dentro de pocas semanas. Para ello, el técnico catalán tiene hoy la primera piedra de toque a partir de las 17.00 en Mendizorrotza ante el Rayo Vallecano.
La presa no será fácil. Y no tanto por la entidad del rival -algo que tampoco conviene obviar- sino por la incidencia de las lesiones en esta última semana, que obligarán al nuevo entrenador a tirar de ingenio para sacar las castañas del fuego.
Bonis no se ha recuperado de sus molestias en la rodilla izquierda y Bernardo volverá a ocupar el puesto bajo palos. Los defensas Casar y Mateo también están lesionados y Garitano es baja por una triple fractura en el pómulo izquierdo. Pero ahí no acaba el parte médico del conjunto babazorro, ya que el hondureño Pery Martínez regresó con un esguince del partido internacional ante Costa Rica.
La necesidad de puntos obliga al Alavés a sumar de tres en tres sin mirar la identidad del rival o su puesto en la tabla. «A estas alturas de Liga nos da igual el equipo y ya no me fío de nadie. Todos los conjuntos son buenos y si, ante esta clase de equipos logramos algo positivo, la moral se va a ver reforzada», comentó el preparador.
Los vallecanos tienen la posibilidad de cosechar la tercera victoria consecutiva fuera de casa -que sería la cuarta si se le añade el último triunfo cosechado en el Teresa Rivero-. Dos caras conocidas por tierras alavesas están siendo los referentes en la buena marcha del equipo madrileño, que está en sexta posición con 37 puntos: Pepe Mel, y Aganzo. Pero todo esto después de una racha negativa en la que el Rayo tuvo grandes problemas para puntuar, y que coincidió con los problemas del delantero Aganzo, quien estuvo apartado de los terrenos durante un mes.
«Es un equipo que juega muy arropado, con sus líneas muy juntas y nos va a dejar pocos espacios», avisa Javi López. De todos modos, y tras cinco días en los que, a modo de cursillo intensivo, ha tratado de inculcarles sus ideas tácticas, el técnico está contento: «Les veo sicológicamente bien. Hemos hecho cosas coherentes y lo importante es creer en la idea».