Gasteiz siempre ha sido conocida como una «ciudad verde», con los reconocimientos y compromisos que ello conlleva. No obstante, para los políticos que mandan sobre la ciudad hoy en día, «las zonas verdes son sinónimo de brechas, brechas que separan los barrios gasteiztarras». Esta afirmación viene de boca de Carlos San Miguel, portavoz del colectivo S.O.S Parque Arriaga, quien valora que la mentalidad de estos gobernantes dictamina que «esas brechas deben ser cosidas». La herramienta de costura no es otra que la edificación. Han cambiado las agujas por grúas y ladrillos. Hace ya unos meses que la ciudad está representada bajo el lema de «capital de vida». Pero a estas alturas, «nos preguntamos qué pensarán las sequoias sempervirens o los aesculus hippocastanum del parque de Arriga que llevan un año en el corredor de la muerte». El portavoz de esta plataforma duda que para este medio millar de especies, el lugar donde han residido durante más de treinta años, sea en estos momentos una «capital de vida».

Está previsto que la nueva estación intermodal sea construida sobre el parque de Arriaga , ocupando 27.000 m2 de la superficie del mismo. Además, en un informe de la Diputación de Álava se concreta que «las posibles ampliaciones se extenderían, también, sobre el mismo parque». El anteproyecto de la intermodal está organizado en dos áreas: una estación de ferrocarril y otra de autobuses. Las dos estaciones estarían separadas, pero al mismo tiempo comunicadas por una pasarela. Además, se prevé edificar dos torres, una de oficinas y otra de uso hotelero, de 16 y 10 plantas consecutivamente. «No hay ningún estudio de mercado que aclare el porqué de estos edificios, por lo que desconocemos su necesidad» explica San Miguel. Desde S.O.S. Parque Arriaga, que en estos momentos cuenta con las adhesiones de 33 asociaciones, califican como un «sinsentido renovar estas infraestructuras a costa de un parque que es patrimonio de todos los ciudadanos».

El parque de Arriaga «sigue un estilo inglés, que a diferencia del francés, es un parque para estar y disfrutar» aclara San Miguel. «Los parques tienen un valor integral y hay que entenderlos en su totalidad», añade. El portavoz se pregunta si «¿sería lo mismo el parque de la Florida sin su quiosco?» Con ello argumenta que el parque de Arriaga tampoco podría prescindir de ese área de 27.000 metros cuadrados, porque «ya no sería lo mismo y perdería su esencia». También explica que el medio millar de árboles que «pretenden talar cumplen una función barrera, que impide que la polución proveniente de las zonas industriales del norte de la ciudad entre en la misma» y vuelve a calificar de «sinsentido» construir una estación intermodal en el «punto más negro» de la ciudad en cuanto a tráfico se refiere.

La plataforma S.O.S. Parque Arriaga tiene como objetivo informar sobre el proyecto que unirá la estación de tren y autobús en el barrio de Lakua y, al mismo tiempo, formar a los ciudadanos mediante visitas guiadas. Hasta el momento han recogido más de 7.000 firmas y el apoyos de varias asociaciones de fuera de la ciudad. Añade que han colgado numerosas banderas en los balcones de la zona para mostrar su oposición a este proyecto que «destruirá el parque». Otra de las acciones que esta plataforma pretende llevar a cabo es dar a conocer el caso en Europa, ya que consideran «injustificable destruir una zona verde para construir una estación intermodal».

Responsabilidad del Ayuntamiento

Respecto a las alternativas al proyecto de la intermodal, San Miguel explica que «no es esta plataforma quién debe dar alternativas». La agrupación S.O.S. Arriaga asigna ese trabajo a el Ayuntamiento «ellos deben ser quienes den las alternativas y, posteriormente, nosotros decidiremos si estamos de acuerdo o no». Explica que si las alternativas se centran en construir la nueva estación en otra ubicación lo único que conseguirían sería «seguramente poner a otras personas en contra» ya que más gente podría verse afectada «si, por ejemplo, planteamos construir la intermodal en un parking o en un solar».

Para finalizar, en nombre de todos los opositores a este proyecto, San Miguel se muestra orgulloso de todos los vecinos que aman la capital alavesa «como verde», y añade que el Ayuntamiento debería «estar orgulloso de que personas de fuera este defendiendo el patrimonio gasteiztarra, como es el parque de Arriaga». Se lamenta, al reflexionar sobre el estado de la ciudad, de que estamos perdiendo «la capital de vida», qué en estos momentos la califica como una «capital de cemento y hormigón».