El 6 de marzo del 2008, en uno de sus ataques de euforia, Iñaki Badiola colgaba en la página web de la Real uno de sus escritos de autobombo bajo el título «logros y objetivos del presidente Iñaki Badiola y su Consejo tras sus dos primeros meses de gestión». Enumeraba 47 cosas que él llamaba «logros», con engaños como «el fuerte desembolso de dinero (4.417.000 euros) para cubrir fichas de jugadores, nuevas incorporaciones, 'due diligence'». Lo que no decía era que el fuerte desembolso era de la Real. Incluía un acuerdo generoso de primas por ascenso con los jugadores -que hubieran supuesto unos dos millones de gasto- o que se viajaba en avión, con el sobrecosto que eso suponía respecto a lo que se hacía antes y se hace ahora, ir en avión y volver en autobús. Los tres últimos de la lista eran la «resolución amistosa con López de Tejada por el tema Peiremans» -mentira, como se demostró al entrar en Ley Concursal-; el «lease-back» de la tienda de la calle Txurruka, con un alquiler que la Real no ha podido asumir; y la guinda era que «ahora ganamos y, según un canal de televisión de máxima audiencia, los guipuzcoanos también gozan, como nosotros, de muchos más orgasmos». Unos «logros» que provocaron que los gastos se incrementaran en seis millones sobre lo presupuestado. Además, se planteaba objetivos como comprar el estadio, para lo que hizo una oferta de diecisiete millones, y la famosa red de cinco tiendas, dos en el aeropuerto de Beijing que iban a estar abiertas antes de los Juegos, y tres en Euskal Herria. Con leer ese escrito un año después y ver lo que ha pasado en estos dos meses resulta difícil de entender que haya alguien que participe en su juego de desestabilizar y generar crispación que ahora busca Badiola desde su foro, en el que apoya una iniciativa que le sirve para eso.