Gloria Rekarte preso-ohia
Carnaval, carnaval
Muy bonito el carnaval, verdad, con tanto disfraz y tanto jolgorio. Además hay quien le pone imaginación, esmero y unas cuantas dosis de originalidad y es una maravilla ver lo que han hecho, unos por libre, otros en comparsa, con todas esas facultades, un poco de aguja e hilo y otro tanto de cola de pegar. Y hay quien, en cambio, no cree que la cosa merezca mayores esfuerzos y basta un par de plumas de plástico y una cinta en la frente para que estemos viendo cabalgar a Nube Roja. El baile de máscaras de la campaña electoral es de los del segundo grupo. El PNV desempolva la N, se la ata a la cabeza y ¡oh! de su mano cabalgan rumbo al futuro, el euskara, el autogobierno y hasta las transferencias que faltan. Al PSOE le gusta más airear la S para ofrecernos a trote ligero un gobierno de izquierdas. Pues sí, que para eso es carnaval y si cualquiera en estos días podemos ser Tutankamon, bien puede el PSOE ser de izquierdas. En cuanto al PP, que lo que más le gusta es ir de Séptimo de Caballería, ha decidido que esta debe de ser la madre de todas las campañas; qué frase tan original.
Y como no hay Nube Roja sin arco y flechas, ni pirata sin garfio, ni mexicano sin sombrero, los arriba mentados se aderezan con el complemento adecuado, en este caso, el de adversarios políticos irreconciliables. La misma ajada careta, la misma vestimenta precaria campaña tras campaña. Para ser ésta la madre de todas ellas, qué poco entusiasmo. El único, el que ponen en tratar de amordazar a la izquierda abertzale. Ahí, cierto es, se esmeran. Y ahí es donde mejor se ve que no van por libre, sino en muy bien avenida comparsa.