Ayer «La Razón» nos regalaba una nueva y jugosa «exclusiva» que vaya a usted a saber en qué cacerola se ha guisado. Según la «información», entre los papeles incautados a Garikotz Aspiazu, Txeroki, hay uno en el que Aspiazu reconoce que las denuncias de torturas de Igor Portu y Mattin Sarasola eran falsas. Lo dice con un papel traducido y sin el original, como corresponde al buen ejercicio del periodismo. Pero es lo de menos, ¿verdad?

La «exclusiva» le daba al editorialista para firmar una pieza «periodística» de antología. No se lo pierdan: «La mayoría de los ciudadanos ha sabido siempre que las denuncias sobre supuestos malos tratos que los terroristas de ETA y sus acólitos realizaban tras cada operación policial respondían a una estrategia y no a una realidad».

Y para sustentar tamaño aserto se desnudaba: «Durante estos años de lucha del Estado de Derecho contra el terrorismo, pueden contarse con los dedos de una mano las sentencias condenatorias sobre torturas a miembros de la banda». Pues en eso tiene razón, pero la cruda realidad es que Portu y Sarasola pasaron del cuartelillo a la UCI del hospital y que las fotografías las vimos todas. También se le olvida que no ha habido condenas pero que Joseba Arregi murió a manos de policías. Por cierto, uno de los encausados ha sido ascendido a comisario general de la Policía Judicial.

El tío está embalado y sigue, sigue: «Quienes han pretendido desprestigiar el sistema hasta equipararlo a la baja catadura moral de los regímenes totalitarios han fracasado estrepitosamente, no sólo ante la ciudadanía española, sino también en el concierto internacional».

Que se lo pregunten, por ejemplo, al relator especial de las Naciones Unidas para la tortura o a los redactores de los informes anuales del Comité de Prevención de la Tortura del Consejo de Europa. Todos los años, todos, han denunciado las torturas en el Estado español, pero eso, a los de «La Razón» les importa un bledo. Lo importante es un papel traducido vaya usted a saber dónde y por quien. Habrá novedades al respecto.