Representantes del colectivo Jaizkibel Bizirik comparecieron ayer junto a miembros de los sindicatos ELA, LAB, EHNE y ESK para manifestar que, además de las enormes repercusiones medioambietales que traerá consigo su construcción, el proyecto del puerto exterior de Pasaia, «tampoco tiene justificación económica» alguna.

En la comparecencia, celebrada en Pasai Donibane, presentaron un documento suscrito por las cuatro centrales sindicales. En él se subraya que el actual puerto reúne unas condiciones excepcionales para la actividad, porque «la capacidad del puerto, superior a 12 millones de toneladas anuales, según el Plan de Utilización de los Espacios Portuarios, dobla los mayores tráficos alcanzados».

En su opinión, «se están paralizando las necesarias mejoras en la utilización del espacio, manejo de las mercancías y búsqueda de mercados adaptados a las oportunidades que ofrece el puerto actual». Sin embargo, según indicaron los representantes sindicales, «es posible un puerto interior compatible con la regeneración urbana, que no destruya los recursos naturales y que impulse la economía». Y es que consideran que «el puerto puede implicarse mucho más en su relación con las empresas de Gipuzkoa, sobre todo en los sectores con mayor futuro, buscando apoyar sus relaciones comerciales, mucho más allá de ser un mero acumulador de toneladas de mercancías».

En opinión de los sindicatos firmantes, «la verdadera finalidad económica del puerto exterior reside en las obras de construcción y como asentamiento de plantas energéticas», porque a su juicio «la gran dimensión del puerto propuesto no se corresponde con las bajas expectativas del tráfico de contenedores y de las denominadas `autopistas del mar', y escasamente se logran sobrepasar las cifras de tráficos actuales».

Reducción de plantillas

Los sindicatos consideran además que las expectativas de creación de empleo que han marcado «son falsas y no justifican el derroche de recursos económicos». Inciden en que por el tipo de actividades que se proponen las necesidades de nuevo empleo son mínimas y además el traslado de las actividades actuales y la reconversión de los sistemas de carga y descarga, puede suponer una oportunidad para que las empresas reduzcan las plantillas.

Además de las citadas razones, los sindicatos muestran su rechazo al proyecto, porque el modelo de desarrollo que propugna el puerto exterior supone un gran consumo de suelo y de recursos, «que comprometen el bienestar futuro del conjunto de la sociedad». Explicaron que sectores como el primario se están viendo seriamente afectados, al eliminarse amplias superficies, y que el puerto exterior conlleva la ocupación de amplias superficies terrestres actualmente rurales.

Al margen de todo, los sindicatos incidieron en que la imposición de este u otro proyecto, suplantando el necesario debate social y la correspondiente consulta ciudadana por mera propaganda y encuestas sesgadas, pone de relieve la nula calidad democrática de quienes pretenden llevarlo a cabo a cualquier precio.

El colectivo Jaizkibel Bizirik mostró su conformidad con los sindicatos, porque entiende que «la oposición al puerto exterior es mucho más que una reivindicación ecologista, ante un proyecto que hace aguas por todas partes».